Que la crisis perredista no es nada comparada a lo que está pasando en el PAN.

La división en el albiazul es cada vez más profunda conforme se aproximan los plazos para renovar la dirigencia estatal del PAN.

Y hay un grupo, el que actualmente tiene el control del PAN, que pretende que Eduardo Martínez siga como presidente estatal de ese partido, y hay otro, que le pide que diga adiós.

Sin embargo, Eduardo Martínez parece que tiene una pequeña ventaja para continuar al frente del PAN de Quintana Roo.

Y es que las dirigencias son irreconciliables.

Ya se habla que los “anti-eduardistas” están dispuestos salirse del PAN, si Eduardo Martínez sigue, e, incluso, que engrosarían las filas del Movimiento por la Alternancia Democrática de Quintana Roo, de Julián Ricalde.

Pero, lo cierto, es que en el PAN, el horno no está para bollos.

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