CANCÚN, MX.- Una nueva devastación masiva de manglar se avecina en Cancún. Se trata del malecón San Buenaventura el cual se encuentra dentro del Area Natural Protegida conocida como “Manglares de Nichupté”, y significa la última joya inmobiliaria a la venta del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, Fonatur.
El Malecón San Buenaventura pertenece a la tercia de proyectos de Fonatur, junto con el Table y Malecón Tajamar. Estos terrenos fueron puestos a la venta desde hace 8 años para establecer complejos turísticos.
De acuerdo con información oficial de la paraestatal, Malecón San Buenaventura tiene, al igual que Tajamar, permisos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Semarnat, para tener proyectos de alta densidad, a pesar de que originalmente los predios al estar dentro del rango de un Area Natural Protegida, tenían Unidades de Gestión Ambiental, UGA 10, las cuales consignan cero densidad dentro de la zona.
Sin embargo, esto no ha sido tomado en cuenta. Actualmente el Fondo ha comercializado más del 60 por ciento de los terrenos y el “gancho” comercial de Fonatur es precisamente ofrecer los predios para proyectos de “alta densidad”.
Lo anterior queda confirmado desde la misma entrada del Malecón. Ahí, dos letreros en color rojo sostienen “En venta terrenos de alta densidad”. La entrada se ubica sobre el bulevar Colosio, justo a 300 metros donde se da la división de la carretera para seguir al centro vía el distribuidor vial, o circular hacia la avenida Bonampak o Kabah. Exactamente el Malecón San Buenaventura se ubica a un costado del colegio Saint Jhon’s.
De acuerdo con el exdirector de Desarrollo Urbano, Sergio Pasos Moguel, todo ese proyecto desde El Table, Tajamar hasta San Buenaventura, conforman el gran proyecto denominado Malecón Cancún.
Este nombre es crucial, debido a que todos los trámites en materia ambiental se han realizado bajo Malecón Cancún, a través de programas parciales de desarrollo urbano, e incluso se han estipulado usos de suelo, sin la anuencia del gobierno municipal.
La devastación que se viene
En el Malecón San Buenaventura la venta de terrenos ha sido considerable. Actualmente hay dos proyectos ya que están establecidos bajo los nombres de Zalia Residencial Cancún y Sahjil residenciales.
En ambos, la densidad es el punto principal, puesto que serán proyectos residenciales en su totalidad.
Por ejemplo, Zalia Residencial Cancún se anuncia con torres condominales de 20 niveles en una zona “privilegiada cercana a la laguna Nichupté”. Para afianzar esto, su slogan sostiene “En Zalia encontrarás desde una alberca para disfrutar en familia, hasta relajarte en un jardín Zen o maravillarte con una hermosa vista alimentando así cuerpo, mente y espíritu.
Todo para que cada integrante goce al máximo cada día de su vida”.
El Proyecto Zalia Residencial Cancún se construirá en 20 mil metros cuadrados de manglar, los cuales serán devastados al igual que ocurre en Malecón Tajamar y como ocurrió en El Table.
De hecho, los proyectos que se establezcan ahí tendrán que destruir más de 45 hectáreas de manglar para construir los desarrollos residenciales turísticos en el último gran terreno que ofrece Fonatur en Cancún.
En cuanto a permisos se refiere, Sergio Pasos Moguer, señaló que en el caso de Tajamar y San Buenaventura, se dieron claves nuevas de uso de suelo en Desarrollo Urbano en el gobierno municipal de Francisco Alor.
Asimismo, explicó que el problema de la zona, tal y como ocurre en Tajamar, es que son áreas vulnerables que tienen unidades de gestión ambiental, UGAS, de muy baja densidad, por lo cual no debería construirse.
De igual manera añadió que San Buenaventura forma parte de la estructura turística inmobiliaria que desde hace diez años ofrece Fonatur, por lo cual se presume que, al igual que Tajamar, tenga permisos en materia ambiental a diez años para construcción.
Cabe señalar que Malecón San Buenaventura es una extensión del Malecón Cancún, lo delimitan en 518 metros.
El uso de suelo de la zona es precisamente el de conservación ecológica, para que distintas especies silvestres, entre aves, mamíferos y reptiles, como la propia iguana, puedan tener un espacio que permita conservar su ecosistema, situado sobre marisma de zacate, es decir, terrenos bajos y hundidos, en el cual viven principalmente aves, y está poblado por manglares individuales y aislados. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)