Lo que mal empieza, mal acaba y la ‘Ley Borge’ para proteger a periodistas ha tenido un muy mal comienzo.
Tras un primer fracaso para obtener el respaldo de los periodistas del estado para apoyar su ley, Roberto Borge mandó a diputados a tratar de convencer a comunicadores, e incluso realizó ciertos cambios como retirar una especie de sistema de acceso a actos y edificios públicos y anexó propuestas como ‘castigar’ a funcionarios que difamen y acosen a periodistas.
Pero, tal como se advirtió desde un principio, la cacareada ley de protección de periodistas es solo una farsa con la que Roberto Borge pretendió lavarse la cara y vestirse de tolerante, tras un gobierno de represión y persecución a periodistas y medios independientes.
La ley fue aprobada el lunes ‘por mayoría’ y ayer otra vez Roberto Borge dispuso su amplio aparato de redes sociales para atacar otra vez a Noticaribe. La ley Borge no aguantó ni tres días.
Es decir, nada cambió. Con ley o sin ley, las cosas siguen igual.
Bien dicen los clásicos: “Aunque la mona se vista de seda…”