Muchos dentro de la ‘nomeklatura’ prisita local, aún siguen conmocionados por las arengas ‘quintanarroístas’.
Pero, este ‘neonativismo’ restaurado, que tiene alborotado a la clase priista local, contrasta con la impunidad con la que los ‘no quintanarroenses’ han cometido excesos en agravio de Quintana Roo, con la complacencia y complicidad de la clase política dominante de la entidad.
Destaca el caso del abogado Carlos Canabal Ruiz, que como alcalde interino de Cancún -bajo las siglas del PRD-, se despachó con la cuchara grande, pero obtuvo el manto de impunidad, al traicionar a su ex aliado político como Juan Ignacio ‘El Chacho’ García Zalvidea y pactar con el entonces Gobernador Félix González Canto y el actual Mandatario estatal, Roberto Borge, de los cuales ahora es su asesor y socio.
También notable es el caso de Omar Giacomán Alborta, colaborador externo pero muy cercano a González Canto, con quien ha promovido interesantes negocios, algunos no tan exitosos como el caso del ‘Dragon Mart’.
Y qué decir de decenas de empresas ‘de fuera’ que depredan el ambiente, talando bosques y mangle, ante la mirada complaciente de la clase gobernante local.
Ahora sí que cabe aquello de que “el buen juez, por la casa empieza”, o mejor dicho, con sus socios y amigos.
