¿“Caballo negro” para la gubernatura?

Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*

En plena efervescencia política y a menos de un año de las elecciones para gobernador en Quintana Roo, en el panorama local se vislumbra la posibilidad del “caballo negro”, término extraído de una novela de Benjamín Disraeli (1931), que se refiere a un corcel no considerado entre los primeros de una carrera, pero que en cierta ocasión corrió más allá de lo previsto y triunfó dramáticamente.
Conforme al diccionario electoral, el dicho se trata de un candidato relativamente desconocido y poca oportunidad de éxito, pero nominado por un partido político para un cargo. Esto se da cuando es difícil el consenso a favor de uno de los candidatos principales, y los electores cambian su apoyo hacia el “caballo negro” para hacerlo triunfar.

En la cultura política norteamericana era una figura particular de las convenciones para nominar al presidente en los dos partidos principales, como precandidato que perdía las primeras elecciones pero que al final se imponía, aunque, con las reformas en esos partidos, hoy es poco probable un “caballo negro” nominado para la presidencia.

En el caso de Quintana Roo, ante las cada vez más radicales posturas de los grupos de poder, y salvo notorias, evidentes descalificaciones, tan sólo restan cuatro aspirantes con posibilidades reales de resultar nominados candidatos del PRI a la gubernatura: Gabriel Mendicuti Loría, José Luis “Chanito” Toledo Medina, Mauricio Góngora Escalante y Carlos Joaquín González.

No pretendemos ser sabios, pero, independientemente de su mejor opinión, puede Usted jurar que entre estos cuatro surgirá el nominado a suceder a Roberto Borge Angulo, algunos de ellos los más adelantados en su pre-precampaña, otros más desesperados que otros, unos más rezándole al santo de su devoción o bien esperando tranquilamente que se den las cosas como deban darse.

Probablemente pregunte Usted dónde quedó la otra mitad de aspirantes. Paul Carrillo de Cáceres ya sabe que se quedó sin “padrino”, volcado éste en el apoyo al recién desempacado diputado federal de Solidaridad (Playa del Carmen); Eduardo Espinosa Abuxapqui demostró ser político “casero” sin terminar de madurar, por lo que, aunque quisiéramos un candidato de la región -vecino, de ser posible-, lamentablemente no son tiempos del Sur.
Otro más que se auto eliminó con el feo error de proyección de imagen a base de recursos del PRI durante su último informe como legislador federal -¡Uff! ¡ahora sí! ¡por fin!-, es el presidente del CDE del PRI, Raymundo King de la Rosa, quien también puede Ud. jurar que chantajeará -a quien tenga que hacerlo- con su escaso, prácticamente nulo capital político, para buscar la candidatura a la presidencia municipal de Othón P. Blanco.
Algo similar ocurrirá en el caso de otra ex diputada federal priísta, Lízbeth Gamboa Song, aunque la lucha por esa posición parece estar más cerrada de lo que parece, ya que también la buscarán Luis Torres Llanes -por segunda ocasión consecutiva- y el inefable presidente de la XIV Legislatura, Pedro Flota Alcocer, quien mejor debiera dedicarse a sanear el “gallinero”.

Ahora bien, los últimos dos aspirantes a la gubernatura son el ex senador Eduardo Ovando Martínez, de quien nada se sabe ni se le “huele” campaña alguna, y la diputada local con licencia, la ex alcaldesa de OPB Cora Amalia Castilla Madrid, relegada por el PRI en la carrera a la diputación federal, a quien no se le observa apoyo de su partido por ningún lado.

Frente a este panorama, sólo Mendicuti Loría, Toledo Medina, Góngora Escalante y Carlos Joaquín cuentan con mayores posibilidades, algunos de ellos con desventajas difíciles de superar como es el caso del alcalde de Solidaridad y su ya no tan “oscuro” pasado delictivo, un “resbalón” con el que muy difícilmente se arriesgaría el PRI de frente a las elecciones 2016, aunque valdrá la pena sopesar la fuerza política de su “padrino, Félix González.
Otro que se presenta con “padrino” por delante y, a decir de la clase política, es nada menos que el mismito Jefe del Ejecutivo, es el también playense Toledo Medina, quien arribó a la Legislatura con el apoyo de la misma fuerza que hoy le impulsa a la gubernatura.

Tal vez mejor “apadrinado” que los dos anteriores es el hasta hoy subsecretario de Turismo Federal, quien dice estar “preocupado” por la polarización de las elecciones de Quintana Roo, pero cuyas ambiciones han sido notorias a lo largo del gobierno de Roberto Borge, ante quien perdió la nominación hace 5 años y no ha cesado de formar grupos de apoyo para su pre-pre campaña, inclusive con la prematura oferta de cargos de triunfar.

Con todo, Carlos Joaquín puede presumir de un padrino de lujo, su medio hermano Pedro Joaquín Coldwell, funcionario cercano al gran “dedo”, al gran elector como Secretario de Energía: El presidente Peña Nieto, quien, sin embargo, no lo consideró para la titularidad de Turismo ante el cambio de la ahora ex titular y muy probablemente se quede sin chamba ante el nuevo secretario del ramo.

Así las cosas, el único aspirante que permanece sin quien le “apadrine” es el también ex alcalde de Solidaridad, Gabriel Mendicuti, secretario de Gobierno de Roberto Borge, que también buscó la nominación hace 5 años, pero no figuraba entre los consentidos del ex gobernador Félix González e, inclusive, sabemos, pretendió hundirle al término de su trienio.

Contra lo que se supone, su mejor carta de presentación es su profundo sentido humano, aunque también le caracteriza una enorme capacidad de análisis y conciliación, los que le han permitido sacar a flote la administración pública, donde, pese a no ser precisamente el titular de Hacienda, no pocos le ven signo de pesos en los ojos.

Fue el último en “destapar” sus aspiraciones, y primero en pedir orden y respeto a la investidura de su gobernador, cuando ya todos los demás andaban encarrerados y, como en los casos de Góngora Escalante, Paul Carrillo y Espinosa Abuxapqui, ya hablaban de solicitar “licencias” para competir con toda libertad, olvidándose de que fueron electos por tres años ¿Verdad Toledo Medina?

Otra carta de recomendación de Gabriel Mendicuti se llama Centro Especializado en Autismo “Kodomo” (“niño”, en japonés) que, inaugurado en Playa del Carmen en junio de 2014, fundó junto con su esposa Damarys Menes Ramos con donativos y recursos propios para atender a 100 niños en 13 salones con terapias de lenguaje, ocupación, sensorial, multisensoral y conductual y consultorios “simuladores” de dentista, enfermería y peluquería.

Existen suficientes elementos sobre el tema, pero ¿Alguna necesidad de hacer esto? Ninguna, ya que, se cree, el hombre tiene resuelto su problema económico, pero, más que político, también puede presumir un espíritu de servicio poco visto entre los políticos, y menos entre quienes hoy pretenden gobernar Quintana Roo.

Aunque también tiene posibilidades ¿alguien descarta que Mendicuti Loría pueda convertirse en el “caballo negro” de la competencia? Sencillo como le conocemos, quizás sólo él.

(Permitida la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita del nombre de su autor)

*Luis Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo, con más de 38 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como Jefe de Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y publicado tres libros.

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