A las pocas horas de que Andrés Manuel López Obrador “destapó”, en compañía del líder estatal de Morena, Rafael Marín, al ex priista José Luis Pech Várguez, como su candidato a Gobernador, el llamado partido del “cambio verdadero” ya estaba derrotado para los comicios de Quintana Roo de 2016.
La animadversión fue abrumadora e inmediata contra Pech Várguez, una de las figuras más relevantes del grupo económico y político que lleva tres sexenios consecutivos en el poder en Quintana Roo.
Pero, algunos dirigentes locales de Morena, como César Calderón y Omar Sánchez Cutis prefirieron agachar la cabeza ante la decisión que tomó AMLO, quizá para que, como sus homólogos de otros partidos, les caigan de rebote diputaciones y regidurías plurinominales.
La nominación del doctor Pech confirmaría el bajo, muy bajo perfil de Morena frente al actual Gobernador, pues temas como la privatización del sistema de agua potable en Playa del Carmen y la refrendada deuda estatal, no han figurado en la agenda de este partido.
Por un lado, AMLO sigue y sigue con el tema de la privatización del petróleo y en Quintana Roo, los de Morena ni siquiera dijeron “agua va” con la privatización del suministro de agua potable en Playa del Carmen y la ampliación de la concesión (a Aguakán) en Cancún e Isla Mujeres.
De hecho, en la desorganizada rueda de prensa que se realizó para el destape de Pech, AMLO se refirió ampliamente a la deuda contraída por Enrique Peña Nieto y nunca pasó por su mente referir que Quintana Roo tiene la deuda per cápita más alta del país.
También AMLO se remachó con el nuevo avión de EPN, pero no sabe de múltiples viajes en jets privados de Borge y su corte.
Incluso, se podría decir, que AMLO dejó a su suerte a los perseguidos políticos de Felipe Carrillo Puerto, entre los que se encontraba la ex secretaria de Finanzas de Morena en Felipe Carrillo Puerto, Teresita Brito Piña.
Sería algo así como una doble moral.
Morena ha sido muy condescendiente con Borge y con los presidentes municipales ‘borgistas’ y AMLO siguió el mismo camino de los líderes de Morena en la entidad.
En pocas palabras, Morena no es un partido de oposición en Quintana Roo y está en el mismo costal que el PRD, de los y las Beristaín, el PAN de Patricia Sánchez Carrillo y el Movimiento Ciudadano de Antonio Cervera y familia.
Y en la definición de sus candidato a Gobernador, Morena y AMLO confirman su afinidad al grupo de Borge y al priismo de Quintana Roo.
Ha sido más que evidente que uno de los más contentos con el ungimiento de Pech es Roberto Borge, que así lo ha demostrado en los medios a sus disposición y su amplia red de ‘trolles’ y ‘bots’.
Por lo menos en 2016, Morena y, en particular AMLO, optaron por no ser opositores en Quintana Roo y mucho menos, ‘contrastar’ a Borge.
Morena, en 2016, es otro partido del ‘bienestar’ y les mandaron a un candidato reciclado… que aceptaron con los brazos abiertos.