CIUDAD DE MÉXICO, 13 de septiembre.- Las universidades privadas incrementaron el costo de sus colegiaturas en 15%, en promedio, de 2013 a 2015, revelan datos de la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES).

Rodrigo Guerra Botello, secretario general de la FIMPES, organización que agrupa a las 111 universidades particulares más reconocidas de México, explicó que los cambios fiscales en los recientes dos años implicaron el ajuste.

Detalló que lo anterior impactó en la matrícula escolar, pues ésta, hace siete años, tenía un crecimiento constante de 3.3%, y ahora es apenas de 0.9 por ciento.

Guerra Botello adelantó que la organización que encabeza buscará presentar ante legisladores federales propuestas de modificaciones que les permitan reducir las colegiaturas.

Suben colegiaturas 15%

El costo de las colegiaturas de las universidades particulares aumentó 15%, en promedio, de 2013 a 2015, lo cual afectó el crecimiento de la matrícula, pues ésta subió sólo 0.9% en este ciclo escolar, cuando siete años atrás mantuvo un incremento constante de 3.3%.

Datos de la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES) —la cual agrupa a las 111 universidades más reconocidas del país, en las que estudian 540 mil alumnos, que representan 51% de la matrícula particular del país— muestran que en las escuelas más costosas este incremento fue, incluso, de 33%.

Rodrigo Guerra Botello, secretario general de la FIMPES, explicó que debido a la Reforma Fiscal, en los dos últimos años, las universidades se vieron obligadas a subir las colegiaturas, ya que el cobro del ISR impuesto por la Secretaría de Hacienda a las instituciones de educación superior elevó los gastos, y esto los orilló a trasladar dichos costos a los usuarios, mediante colegiaturas más elevadas.

“En 2014 inició la aplicación de una nueva Reforma Fiscal que incidió sobre algunas cosas de la educación, sobre todo en escuelas y universidades. La respuesta de algunas o muchas instituciones particulares fue incrementar los precios”, puntualizó Guerra Botello.

Señaló, en entrevista con Excélsior, que las instituciones de educación superior pagan más impuestos que las empresas, por lo que este año buscarán a la nueva Legislatura para proponerle que no se les cobre el ISR, y así puedan bajar las colegiaturas.

Explicó que en la misma FIMPES dividieron en cinco los grupos de universidades con base en el costo por toda la carrera, que van desde 90 mil pesos hasta 980 mil pesos.

De acuerdo con esta división, en el grupo de las universidades más caras las colegiaturas aumentaron 33% en los dos últimos años.

En el segundo grupo, donde el costo por carrera va de 397 mil a 465 mil pesos, el aumento fue de 11%; en el tercer grupo, donde la licenciatura tiene un costo de entre 223 mil y 311 mil pesos, la colegiatura decreció 1.4 por ciento.

Pero en el cuarto grupo, donde la carrera completa cuesta entre 129 mil y 205 mil pesos, el aumento fue de 36%; y en las más económicas, donde el costo por carrera es de 92 mil a 124 mil pesos, las colegiaturas no subieron.

“Este asunto de la Reforma Fiscal vino a culminar un hecho que sigue siendo muy alarmante, porque las universidades particulares pagamos más impuestos que las empresas, lo cual es totalmente un contrasentido a todo lo que dice el Plan Nacional de Desarrollo, en todos los discursos que hacen líderes y todo lo que hacen otros países”.

Guerra Botello calificó ese impacto fiscal como “regresivo” para la sociedad mexicana, pues el crecimiento de matrícula en escuelas privadas ayudaría en aumentar la cobertura en educación superior en el país, pero con el aumento de colegiaturas ya no podrán aportar una matrícula más grande.

Explicó que las universidades particulares habían proyectado que a la primera mitad del sexenio tendrían un aumento de 14% en la matrícula, pero con el impacto fiscal de 2014 ya no pudieron cumplir con esa meta.

“Estamos hablando de 111 mil alumnos menos en una matrícula de un millón 100 mil estudiantes”, porque no pueden pagar la colegiatura y porque las universidades redujeron las becas que ofrecían.

Por ello, Guerra Botello indicó que “la educación, siendo un sostén del desarrollo social y económico del país, debe jugar con otras reglas, y una vez que se tuvieran esas reglas fiscales, tenemos la obligación de rendir cuentas y de hacer estrategias de efectividad con el presupuesto”. (Fuente: Excélsior)

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