Sin invertir en promoción de su imagen como le hacen todos, con un perfil bajo y con sólo trabajo institucional, el secretario de Gobierno, Gabriel Mendicuti, ha empezado a destacar de entre los aspirantes a la candidatura priista a la gubernatura en 2016.

Y es que Mendicuti, quien como varios de los aspirantes a suceder a Roberto Borge, inició su carrera política en Solidaridad, donde fue alcalde, no le ha entrado a los circos, excesos y desfiguros en que han caído varios de los participantes en la carrera por la sucesión. Y eso ya es bastante.

De hecho, de todos los que están en abierta precampaña para ser tomados en cuenta, pareciera que Mendicuti es el único que sigue trabajando.

Mientras, el resto, a los ojos de muchos, sólo viven para buscar los reflectores, sin importar que para ello tengan que gastar cientos de miles o hasta millones de pesos del dinero público que muchos de ellos tienen bajo su resguardo, para poder figurar.

Este domingo, en el evento de mujeres que organizó Borge para opacar otro evento de Carlos Joaquín en Cancún, el único que no participó fue Gabriel Mendicuti.

De hecho, cuesta trabajo imaginarlo cantando, junto a Denisse de Kalafe, aquella tonadita de “Señora, señora, señora…”

Es que Gabriel “se cuece aparte”, es el consenso entre los varios grupos políticos dentro del PRI, quienes reconocen en Mendicuti un adversario serio y robusto, al que no han dejado de ‘medir’ a pesar de que no se le considere entre los punteros. Puede ser el ‘caballo negro’, dicen otros.

Pero mantener un bajo perfil, no andar de circo en circo y seguir sacando su trabajo, no quiere decir que Mendicuti haya desistido de su intención de buscar la nominación priista.

Mendicuti anda calladito, pero eso no quiere decir que no esté movido.

Mientras unos prefieren la fiesta, Mendicuti ha estado tejiendo y cosechando.

Como la fábula de la hormiga y la cigarra, Mendicuti no ha dejado de trabajar para el invierno… cuando deberá de decidirse la candidatura priista.

Y al final habrá muchas cigarras que lamentarán haberse quedado en la fiesta…

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