CIUDAD DE MÉXICO. — A casi un año de la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, un nuevo análisis forense logró la identificación del estudiante Jhosivani Guerrero de la Cruz, informó la Procuraduría General de la República (PGR) este miércoles.
La identificación se logró por un fragmento óseo de 12 centímetros; la madre de Jhosivani, Martina de la Cruz, habría proporcionado la muestra genética para el análisis mitocondrial.
La procuradora Arely Gómez dijo que “existen indicios que establecen posible correspondencia” entre unos de los restos y el ADN de la madre del joven, dijo en conferencia de prensa.
Gómez recalcó que los nuevos resultados de Innsbruck “robustecerán” la investigación oficial y “generarán criterio jurídico” al juez del caso.
Los restos de Alexander Mora Venancio fueron los primeros en identificarse en diciembre pasado, en las mismas instalaciones del instituto austriaco.
Gómez anunció que se creará “un equipo de trabajo conformado por especialistas, médicos, antropólogos y genetistas” para que junto con los forenses argentinos y los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que llevan medio años investigando el caso puedan volver a revisar “los más de 63 fragmentos óseos que fueron recolectados” en esos lugares.
El objetivo de este grupo será “hallar nuevos fragmentos viables para la identificación por cualquier método” que “serían enviados en una nueva solicitud a la Universidad de Innsbruck”, considerada la mejor del mundo en la identificación “de ADN de personas a partir de fragmentos con alto nivel de deterioro”.
Los restos de Josivani Guerrero también se encontraban en el basurero de Cocula en donde, según la primera versión de la PGR de enero pasado, los cuerpos de los jóvenes normalistas fueron calcinados, pero un grupo de expertos independientes de la CIDH dijo que eso era imposible.
Según una “verdad histórica”, la Procuraduría General de la República (PGR) concluyó en enero pasado que, la noche del 26 de septiembre del año pasado, decenas de estudiantes de la escuela de maestros rurales de Ayotzinapa (Guerrero, sur) fueron atacados por sicarios y policías corruptos en la cercana Iguala.
Los jóvenes estaban tomando a la fuerza cuatro autobuses para sus movilizaciones políticas, según las versiones de las autoridades.
Luego, los policías habrían entregado a los 43 estudiantes a narcotraficantes del cártel local Guerreros Unidos, quienes los asesinaron por sospechar que eran miembros de un cártel rival.
Los cadáveres, según la versión de la PGR, fueron incinerados en un basurero del cercano poblado de Cocula y arrojados a un río.
Los familiares de los jóvenes normalistas tendrán una reunión con el presidente Enrique Peña Nieto el próximo 24 de septiembre, dos días antes del primer año de la desaparición. (Fuente: CNN)