Tras intercambiar acusaciones sobre la prolongación del conflicto en Siria, los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Rusia, Vladimir Putin, se reunieron durante una hora en la sede de Naciones Unidas (ONU).
El encuentro tuvo lugar horas después de que los mandatarios intervinieron en la Asamblea General, y de que compartieran la misma mesa durante un almuerzo ofrecido por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Las fotos del brindis reflejan la tensión entre los mandatarios.
Según voceros del Kremlin y de la Casa Blanca, el tema de la reunión de los mandatarios, la primera en poco más de dos años, fue Siria, lo que permitió especular sobre el posible inicio de una posición común entre ambos mandatarios. Ningún gobierno emitió comentarios tras el encuentro.
Los discursos ofrecidos este lunes en la Asamblea General no reflejaron, sin embargo, un acercamiento en las posiciones.
Mientras Putin reafirmó su alianza con el presidente de Siria, Bashar al-Assad, Obama reiteró la noción de un “gobierno de transición” para ese país del Medio Oriente.
“Creemos que es un enorme error negarse a cooperar con el gobierno sirio y sus fuerzas armadas, que están combatiendo de manera valiente, y de cara a cara, el terrorismo”, afirmó Putin.
Señaló que la comunidad internacional debería finalmente reconocer que el gobierno de Assad está combatiendo el extremismo terrorista en su país, y que muchos de los milicianos presuntamente moderados apoyados por Occidente habían pasado a las filas del fanatismo.
Mientras tanto, Obama expresó que la crisis en Siria pone a prueba el compromiso de la comunidad internacional con los derechos humanos. “Cuando un dictador asesina a decenas de miles de su propio pueblo, eso no es una cuestión sólo de los asuntos internos de una nación”, dijo.
Expresó que bajo la excusa de combatir el terrorismo no es posible apoyar a un gobierno que lanza bombas contra los civiles. Obama añadió que Siria no puede “regresar al estatus quo”. (Agencias)
