Los políticos quedan a “así de nadita” de hacer el ridículo en las contingencias climatológicas, como la recién ha ocurrido en la entidad, principalmente en Chetumal.

Por un lado, está el presidente municipal de Othón P. Blanco, Eduardo Espinoza Abuxpaqui, que desde el primer día estivo al tanto de las inundaciones en Chetumal y de inmediato se mojó los pies para informar y atender a los capitalinos.

El experimentado Edil chetumaleño actuó rápido y con sensatez. Se vio bien, a secas.

El otro lado de la moneda fueron el presidente estatal del PRI, Raymundo King, y el presidente municipal de Benito Juárez, Paul Carrillo, que no parecen entender nada, de nada. Se excedieron y terminaron haciendo el “oso”.

Si bien la gente pide que los políticos salgan a la calle y se mojen los zapatos, Raymundo perdió la proporción de las cosas, al salir con su chaleco rojo de priista a regalar jergas, jaladores y cubetas.

Mientras que Paul Carrillo, que al tratar de revertir su desafortunada campaña “Mi Ciudad ya no se inunda”, terminó peor.

Paul divulgó fotografías de sitios como el crucero, que no estaban encharcados e, incluso, se metió al agua en algunas colonias, tres días después de la primeras inundaciones.

Pero el punto no es que algunas partes de la ciudad se hayan inundado, lo cual es irremediable y, por supuesto, no es culpa de Paul completamente, sino que el Edil haya lanzado la campaña de “Mi Ciudad ya no se Inunda”, lo cual es imposible.

Los políticos en temporadas de lluvias requieren de tener mucho cuidado, no solo por las gripas o los hongos en los pies

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