Como nunca, la Procuraduría General de Justicia (PGJ) del estado ha estado bajo presión.

La sociedad cancunense –casi siempre indiferente– exige resolver los feminicidios que han ocurrido en esta ciudad.

Ya detuvo a un culpable y ya tiene en la mira otro.

Por cierto, le falta aún resolver el homicidio de Karen Carrasco, que fue el que propició la oscilación del pasado domingo.

También están pendientes por resolver otros cuatro homicidios de 2015, incluido uno de febrero y otro, en el que ni siquiera se pudo identificar a la víctima.

Vaya que la tarea es muy grande, la PGJ, que es la misma que ha inventado culpables como los casos de Christian Vicente Córdoba, “El joven del suéter rojo”, o de una docena de activistas en Felipe Carrillo Puerto.

Lo cierto es que la PGJ sigue bajo presión y urgen resultados.

Comentarios en Facebook