Si el nombramiento de Edith Araceli Navarro Rodríguez como jefa de la Policía Federal en Quintana Roo, no fue un mensaje, entonces los astros se han aliado y el universo está conspirando.
Y es que, por un lado, está el pésimo trato que el Gobierno estatal le ha dato al tema de los feminicidios y/o asesinatos de mujeres, al pretender reducirlos a eventos aislados de adictos sin control y/o novios celosos.
Pero, además, aún está fresca la decisión del Congreso del estado de Quintana Roo, dominado por el PRI, de no hacer una obligación en las leyes electorales del estado que haya paridad de género en las presidencias municipales.
Pero, además al frente de alguno de los tres poderes del estado no hay mujeres y en la actualidad no hay presidentas municipales.
Los cuatro partidos políticos importantes del estado son presididos por hombres y sólo hay dos mujeres en el gabinete estatal de un total de 16 integrantes.
Pero, partir del pasado viernes la principal autoridad policiaca del estado es una mujer y, como ocurrió en el tema de paridad género para las alcaldías, la mandaron de la capital del País.
