CIUDAD DE MÉXICO.- La temporada de huracanes en el Atlántico que concluyó este lunes 30 de noviembre ocurrió por debajo del promedio, mientras que la del Pacífico fue la segunda más activa e impuso varios récords con meteoros como Patricia, el más intenso registrado en el hemisferio.
La zona del Atlántico, Golfo de México y el Caribe experimentó 11 tormentas tropicales, cuatro huracanes y dos de ellos intensos o categoría cuatro o mayor en la escala Saffir-Simpson. Una temporada promedio tiene 12 tormentas, seis huracanes y dos ciclones mayores.
Fue una temporada “ligeramente por debajo de la media” y la mayoría de los huracanes que se formaron este año “fueron muy efímeros”, señalaron en su balance anual los científicos estadunidenses Phil Klotzbach y William Gray de la Universidad Estatal de Colorado.
El principal factor para que esto sucediera fue una fuerte presencia del El Niño, que son aguas más calientes de lo normal en el Pacífico, lo cual suprime la actividad ciclónica en el Atlántico, afirmaron.
La tormenta tropical Ana se desarrolló tres semanas antes del inicio de la temporada el 1 de junio y se convirtió en el ciclón tropical más temprano en formarse que toca tierra en Estados Unidos, al norte de Myrtle Beach el 10 de mayo.
La tormenta Bill se formó el 15 de junio y también tocó tierra en Estados Unidos un día después. Danny fue el primer huracán de la temporada y el primero que alcanzó la categoría 3 en el Atlántico, pero se disipó al cruzar las Antillas Menores.
A finales de agosto la tormenta tropical Erika golpeó Dominca en el Caribe oriental y casi tres docenas de personas murieron. Los daños ascendieron a cerca de 500,000 millones de dólares.
Joaquín fue el huracán más poderoso de la temporada alcanzando categoría cinco antes de impactar las Bahamas. Se le atribuyen 23 muertes del la tripulación del buque de carga El Faro que se hundió durante su paso cerca de Bahamas.
La presencia del El Niño en el Pacífico, cuya temporada corre del 15 de mayo al 30 de noviembre, provocó una temporada extremadamente activa y es considerada como la segunda más activa de la historia dentro de la cuenca del Pacífico Oriental.
La temporada que oficialmente también termina este lunes registró 18 tormentas de las cuales 13 llegaron a ser huracanes.
De esos ciclones, nueve alcanzaron la categoría de “huracán mayor”, lo cual no se había contabilizado nunca antes en un mismo año, de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos con sede en Miami.
La temporada tuvo un comienzo activo con tres tormentas: Andrés, Blanca y Carlos convirtiéndose en huracanes, los dos primeros alcanzado categoría 4. Carlos dejó un muerto en Guadalajara y daños millonarios.
Agosto fue un mes de los más activos porque todas las tormentas se fortalecieron en huracanes. Más tarde ese mes había tres grandes huracanes activos al mismo tiempo, tanto en el Pacífico central como en el oriental: Kilo, Ignacio y Jimena, algo inusual dentro de la cuenca.
Pero fue el huracán Patricia en octubre por el que se recordará esta temporada. Este fenómeno se convirtió en uno de los huracanes más poderosos en la historia de la meteorología.
En su clímax y antes de tocar tierra un avión “cazahuracanes” de la Administración Nacional de Oceanografía y Atmósfera (NOAA por sus siglas en inglés) midió una presión central mínima del fenómeno de 879 milibares.
Patricia superó al huracán Linda de 1997 en la fuerza y se convirtió en el más fuerte en el Hemisferio Occidental. También alcanzó vientos máximos sostenidos de 325 kilómetros por hora.
El monstruoso ciclón golpeó la costa mexicana en la máxima categoría 5 pero causó daños menores, destruyendo decenas de casas pero sin causar víctimas.
Las tormentas tropicales Rick y Sandra se formaron a finales de noviembre.
Cuando Sandra alcanzó fuerza de huracán, con una presión mínima de 935 milibares, hizo que la temporada superara la de 1992 con el mayor número de huracanes de gran intensidad y se convirtió en la tormenta más fuerte en ese mes, superando al huracán Kenneth en 2011. (Fuente: Notimex)