El PRD está a la deriva.
Y es que de aquella coalición de corrientes y grupos que fue alentada desde la Casa de Gobierno para impedir que Julián Ricalde asumiera la dirigencia de ese partido, ya no queda nada o casi nada.
Con la ‘operación’ de la senadora Luz María Beristaín, estas corrientes y grupos acordaron poner en aquella ocasión como presidente a Emiliano Ramos, pero los acuerdos se han roto.
Este fin de semana, Emiliano pretendió realizar una sesión de Consejo Estatal, pero sus ex aliados le hicieron el vació.
Emiliano venía operado una coalición ‘de facto’ con Morena, en la que el PRD apoyaría a José Luis Pech Varguez y el ex perredista Rafael Quintanar iría a la presidencia municipal de Benito Juárez.
¡Ah! Y de refilón, Emiliano busca ser diputado plurioniomal y dejar como interino a su hermano Alejandro.
Y no se llevó a cabo la sesión de Consejo.
La propuesta de la alianza de facto entre el partido de López Obrador y los el PRD no ha transitado con Morena y finalmente tampoco entre la mayoría de los grupos perredistas que prefieren una alianza con el PAN, que apoyar a Pech.
Por lo pronto, Emiliano tiene un pie fuera de la dirigencia del PRD y el tema de la definición de los candidatos se va al DF, al CEN del PRD.
Sin embargo, se necesita mucho más que ‘arrepentimiento’ para resucitar al PRD para las elecciones de 2016.