CHETUMAL, MX.- Los menonitas amplían su presencia y fuerza de trabajo en el sur del Estado al fundar un nuevo asentamiento denominado El Bajío, el cual se encuentra ubicado al noroeste del Pueblo Mágico de Bacalar, entre los ejidos de Buena Fe y Nuevo Jerusalén, en donde adquirieron dos mil 500 hectáreas de tierra, de las cuales 500 se encuentran listas para el cultivo.

Con el nuevo asentamiento en proceso de formación denominado El Bajío, se tendrán tres en el sur del Estado, ubicados en los terrenos del municipio de Bacalar, que se suman a los dos primeros: Buena Esperanza, el cual se encuentra cerca de Blanca Flor, y el más grande, Salamanca.

De acuerdo a los datos recabados, menonitas asentados en el estado de Chihuahua, en su búsqueda de áreas para el cultivo, tuvieron referencias de la existencia de tierras productivas entre los ejidos de Buena Fe y Nuevo Jerusalén, por lo que enviaron a los más grandes a realizar las negociaciones.

En un principio adquirieron dos mil 500 hectáreas de tierras, en donde se asentarán de manera paulatina 10 familias, luego 20, hasta llegar a las 30 familias, las cuales habitarán en esa parte de la selva de Quintana Roo.

De las dos mil 500 hectáreas que adquirieron – de las cuales no revelaron el precio-, 500 se encuentran en condiciones para ser trabajadas en el próximo ciclo primavera-verano.

Aunque ya se tiene una avanzada de menonitas, la mayoría de los nuevos habitantes provenientes del estado de Chihuahua empezarán a llegar a mediados del 2016, cuando estén concluidas las viviendas y hayan trasladado parte de su maquinaria, equipo de trabajo, así como vacas y aves de corral.

Sin embargo, por ser agricultores natos ya hicieron los contactos con la Asociación de Productores de Granos Básicos de Quintana Roo, pues quieren iniciar con el cultivo de maíz de alto rendimiento, y también de calabaza chihua, debido a que el kilo de la semilla se paga en estos momentos hasta en 50 pesos.

Durante un recorrido por la zona se constató que la mayor parte de las tierras ha sido mecanizada, aunque la maleza se encuentra en pleno crecimiento e impide observar los trabajos desarrollados.

Incluso en la carretera Buena Fe-Altos de Sevilla, se encuentra edificada una casa de dos plantas, cuatro ventanas y de dos caídas de agua, la cual contrasta con las pequeñas viviendas que se encuentran en las poblaciones de San Fernando, las cuales son de palos, maderas y huano de la región.

Algunos habitantes de la zona rural se encuentran trabajando con ellos, y les sirven de conductores al llevarlos a los diferentes centros de población, y también para tener algún tipo de contacto con los menonitas de Salamanca y con los “rebeldes” de Buena Esperanza.

El segundo asentamiento de menonitas en el municipio de Bacalar se denomina Buena Esperanza y se encuentra cerca de la población de Blanca Flor, en donde se cultiva en estas fechas fríjol, pues en el pasado sembraron maíz y soya, la cual se perdió en su totalidad.

Al transitar por la carretera Blanca Flor se observa el mecanizado del asentamiento menonita y contrasta con las rústicas y tradicionales milpas mayas, pues entre las piedras se ve una que otra planta de maíz.

Este nuevo centro de trabajo es propiedad de Jacobo Wall, quien con sus propios recursos y medios adquirió 150 hectáreas de tierras, en donde actualmente trabaja y en donde también ha tenido diferencias con los apicultores.

Jacobo Wall es un menonita que conduce su camión de volteo, usa teléfono celular y viste de pantalón de mezclilla y camina de manga larga de cuadros, por lo que es considerado como “menonita rebelde”, porque sus compañeros de Salamanca conservan sus tradiciones y costumbres.

Es por ello que creó y fundó su nuevo asentamiento denominado Buena Esperanza, en el ejido de Blanca Flor, en donde se construyen una vivienda, además de que ya tiene concentrada maquinaria para facilitar los trabajos.

El asentamiento de menonitas más grande se encuentra en Salamanca, Bacalar, el cual fue fundado hace 15 años, con personas precedentes de Blue Creek, Belice, en donde habitan alrededor de 150 familias, ubicado aproximadamente a 20 kilómetros de Bacalar.

Estos menonitas conservan sus tradiciones y costumbres, por eso es común verlos conduciendo carretas tiradas por caballos, algo muy propio de ellos, aunque recientemente empezaron a utilizar el servicio de taxi.

En pleno siglo XXI los menonitas no hacen uso de la energía eléctrica, ni de paneles solares; la maquinaria la usan estrictamente para el trabajo, no es común observarlos manejando un vehículo, sino que son mexicanos de otras etnias los que lo operan las unidades.ç
Los cultivos en los que más trabajan son en el maíz, frijol, sorgo –muy poco-; actualmente están revisando cuantas hectáreas van a sembrar para solicitar la semilla de frijol y sorgo.ç
Las tierras de Salamanca de Bacalar son fértiles, aunque a los agricultores no les ha ido muy bien en los últimos años, por las sequías que están afectando a los principales cultivos. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)

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