¡DEMOCRACIA ES PARTICIPACION CIUDADANA!
En los 99 años de la Constitución Mexicana
La democracia es: no solamente una estructura jurídica y un régimen político, sino un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo. (Constitución Federal)
La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo; quién la ejerce (o debe ejercer) por medio de los tres Poderes de la Unión y de los Estados, y que por eso los elige e integra mediante su voto o sufragio de donde se deriva que teóricamente todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste.
Luego entonces, la democracia supera el simple aspecto electoral, y no debe ser un instrumento de engaño, como en alguna ocasión la calificó Karl Marx.
Expuesto lo anterior y si consideramos que los ciudadanos mexicanos y de Quintana Roo, le hemos invertido muchos miles de millones de pesos a nuestra democracia, entonces tenemos derecho a preguntarnos: ¿Que cuentas nos rinde hoy nuestra democracia? ¿Vivimos en Quintana Roo, en un estado constitucional democrático?
El Estado constitucional democrático presupone, una Constitución aceptada y compartida en libertad, derechos, obligaciones y democracia; libertad, que a la vez tienen su origen, garantía y tutela en la Constitución misma. Implica, pues, legalidad pero también legitimidad. Comprende tanto a la autoridad estatal como la libertad y derechos individual y social.
Que todos, los funcionarios públicos y gobernantes por delante y como edificante ejemplo, estén sujetos al cumplimiento de la ley y no por encima de ella.
Nuestra constitución federal, como fuente de normas con valores, nos garantiza a todos los mexicanos y quintanarroense, que nuestra voluntad es soberana, que nosotros decidimos nuestro destino, porque somos los electores de nuestros gobernantes.
¡Ah! también dice que ellos son nuestros mandatarios o sea nuestros servidores públicos, que están para trabajar a nuestro favor y para hacer el bien común de todo el pueblo, y que no deben enriquecerse con el dinero público, o aprovechándose de sus puestos, y en ese caso, el pueblo, y el estado se los demandará; y muchos nos preguntamos, pero: ¿Cómo?
¿Si no para que entonces nos serviría la democracia, si no estuvieran plasmada en nuestra casi centenaria Constitución su significado, sus nobles fines y objetivos?
Los ciudadanos quintanarroenses tenemos entre otros derechos constitucionales; a tener seguridad en nuestras casas y calles; que las policías nos cuiden a nosotros y que atrapen a los delincuentes; que se nos imparta justicia penal, civil, laboral, etc. pronta y expedita.
Tenemos el derecho constitucional a vivir en un medio ambiente sano y adecuado. Los niños a disfrutar libremente de las playas y ser protegidos por los ecosistemas que rodean nuestras ciudades, evitando la destrucción del manglar.
A todo eso tenemos derecho conforme a la teoría y letra del estado constitucional democrático estatal y nacional. Pero nuestra inversión multimillonaria, solo nos ha deparado además de lo dicho: corrupción, violencia, inseguridad, despojo del patrimonio municipal y estatal, primer lugar nacional en impunidad, avasallamiento del pueblo Maya; abstencionismo, envilecimiento del ejercicio del voto por parte de los partidos políticos, al prostituir el sufragio con su trueque indigno, etc. etc.
Desde luego es culpa y responsabilidad de nosotros los Quintanarroenses este desastre social; por nuestra omisión o complacencia, porque no participamos en la toma de decisiones, porque no alzamos nuestra voz cuando algo no nos parece bien, porque no exigimos de nuestros gobernantes que sean probos, éticos, morales, decentes, honrados, que nos rindan cuentas, que no nos endeuden y que respeten la constitución y las leyes.
Porque hay quienes canjean su voto por un tamal, una camiseta o una despensa. Y peor aún hay quienes no salen a votar (+/- 65%).
Y no es este nuestro destino fatal marcado en los “astros”; nosotros como ciudadanos tenemos la única posibilidad de resolver nuestros problemas y de volver a hacer de Quintana Roo, un lugar digno de vivir y de dejar para vivir a nuestros hijos.
¡Manos a la obra!
Para ello precisamos de participación, de responsabilidad ciudadana, de tener cultura política, la que es determinante del funcionamiento de dicho sistema.
Debemos relacionarnos con los actores e instituciones políticas, que sepamos del funcionamiento del gobierno, que permanentemente les exijamos a nuestros representantes que cumplan la ley, que es lo que queremos y que esperamos de ellos.
Y no permitir que ellos olviden que participan en actividades del dominio público, o sea de nuestro dominio e interés, y que no son del ámbito privado de ellos.
Sólo con nuestra participación ciudadana, nuestra democracia será útil para nosotros.
LIC. MANUEL J. CANTO PRESUEL.
6 de febrero de 2016.