CIUDAD DEL VATICANO. — El primer papa latinoamericano de la historia viaja el viernes a México para una visita de una semana en la que recorrerá algunos de los sitios más violentos y pobres del continente americano. Llevará su mensaje de esperanza y solidaridad a las víctimas de la violencia del narcotráfico, el tráfico de personas y la discriminación, un mensaje que el Vaticano espera tenga eco también al norte de la frontera con Estados Unidos.
Casi cuatro décadas después de que San Juan Pablo II visitase por primera vez México, país al que fue cinco veces en total, Francisco iniciará su periplo rezando en la iglesia de la Virgen de Guadalupe. Acto seguido incursionará en un terreno inédito para un papa.
Cinco cosas que hay que saber del viaje de Francisco al país católico de habla hispana más grande del mundo:
ESCALA ORTODOXA
Francisco es conocido por su espontaneidad, pero incluso para un pontífice acostumbrado a dar sorpresas, su anuncio de la semana pasada fue totalmente inesperado.
Por primera vez, un papa y un patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa se encontrarán el viernes en Cuba, durante una escala del viaja del papa a México. El Vaticano considera que este encuentro es un paso histórico con miras a la cicatrización de las heridas dejadas por el cisma de hace mil años que dividió al cristianismo.
Ya desde los tiempos de Pablo VI los papas se han reunido con el patriarca ecuménico de Estambul, la máxima jerarquía de una iglesia ortodoxa con 250 millones de fieles. Pero la iglesia rusa, la más grande y más fuerte del mundo ortodoxo, siempre mantuvo su distancia con Roma.
La preocupación compartida por las penurias de los cristianos en Siria e Irak facilitó el encuentro de las dos iglesias, pero esa no es la única razón por la que el patriarca aceptó reunirse con el papa. En junio, los líderes de 14 iglesias ortodoxas se reunieron en Grecia, en el primer sínodo panortodoxo en siglos, y algunos observadores opinan que la actitud de Kirill es un gesto para la tribuna más que una nueva iniciativa ecuménica.
LA MEXICANIZACION
Francisco dio el primer paso en falso de su papado el año pasado cuando le envió a un amigo un correo electrónico privado en el que le dijo que la creciente penetración del narcotráfico hacía que Argentina corriese el peligro de seguir los pasos de México, donde los carteles de las drogas han aterrorizado a la población y han infiltrado la policía y otras instituciones públicas.
Su comentario sobre la “mexicanización” de Argentina causó profundo malestar en México y el Vaticano tuvo que ofrecer una disculpa. Pero resaltó la línea dura de Francisco en relación con el tráfico de drogas y con la corrupción, que, dice, son incompatibles con el cristianismo.
Se espera que el papa aborde ambos temas durante su visita del 12 al 18 de febrero, aunque ha dicho que no ofrecerá soluciones políticas para resolver los problemas de México. Parientes de algunos de los 43 estudiantes desaparecidos en el 2014 en circunstancias sospechosas fueron invitados a la última misa del pontífice en Ciudad Juárez, otrora considerada la capital mundial de los homicidios.
“Es un punto de tránsito fundamental para esta red de narcotraficantes, donde hay lazos inseparables entre los traficantes y las autoridades mexicanas”, expresó Guzmán Carriquiry Lecour, un asesor del papa, durante un reciente seminario. “Esta es la periferia mexicana y el papa quiere ir allí”.
RELACIONES IGLESIA-ESTADO
Francisco ha exhortado a sus obispos a denunciar la corrupción y el crimen organizado, y él mismo podría hacerlo en México.
“Por sobre todo, tenemos que alzar nuestras voces para condenar la corrupción y los lazos que hay entre ciertas estructuras de poder, los carteles de las drogas y los narcotraficantes, que les permiten moverse libremente y con impunidad”, sostuvo el secretario de estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, en una reciente edición del semanario italiano Familia Cristiana.
Esa puede ser una forma diplomática de hablarle a una iglesia mexicana que hasta los prelados mexicanos dicen que ha sido muy deferente hacia los ricos y los poderosos.
Francisco, no obstante, ha fijado prioridades claras: El año pasado nombró cardenal al obispo de Morelia, México, y rendirá homenaje a sus servicios a las víctimas de la violencia del narcotráfico visitando su diócesis.
UNA IGLESIA INDIGENA
Cuando los sacerdotes dan la cara por los oprimidos en México, a menudo se meten en líos. El finado obispo Samuel Ruiz, conocido como el “obispo de los pobres” por el apoyo que brindó a los indígenas del estado sureño de Chiapas, tuvo problemas con el gobierno e incluso con el Vaticano.
¿Su falta? Defender los derechos de los indígenas, promover las costumbres prehispanas de los mayas en las liturgias y preparar a diáconos casados para que sirvan a los indígenas, que se sentían más apegados a los trabajadores laicos casados que a los sacerdotes célibes.
En 1993 el embajador del Vaticano ante México le pidió a Ruiz que renunciase, pero dio marcha atrás cuando los indígenas salieron en su defensa. Cuando Ruiz se jubiló en 1999, el Vaticano suspendió la ordenación de diáconos aduciendo que los disuadía de hacerse sacerdotes. El Vaticano levantó esa prohibición en el 2014, tras la llegada de Francisco.
El pontífice, quien ofreció una sentida disculpa por los crímenes de la iglesia católica contra los pueblos indígenas durante una visita a América del Sur el año pasado, oficiará una misa muy indígena en Chiapas el lunes y presentará un decreto autorizando el uso de lenguas indígenas en la liturgia.
Pero en una muestra de que Ruiz sigue siendo una figura polémica, el Vaticano no ha confirmado si Francisco rezará en la tumba de Ruiz en la catedral de San Cristóbal de las Casas.
ORACIONES EN LA FRONTERA
El momento culminante del viaje tendrá lugar en el último día, cuando Francisco viaje a Ciudad de Juárez, en la frontera con Estados Unidos, y rece por todas las personas que murieron tratando de cruzarla. Un grupo de inmigrantes rezará con él desde El Paso, Texas, del otro lado de la frontera, y después el papa oficiará una misa en el estadio El Paso de Juárez.
Francisco ha exigido a todos los países que reciban a los emigrantes y a los refugiados que le huyen a la pobreza y la opresión, pidiendo nuevas soluciones a esos problemas y denunciando la “globalización de la indiferencia” que muestra el mundo hacia los migrantes. Su llamado llega en plena campaña presidencial en Estados Unidos, donde la inmigración ilegal es un tema delicado. Aspirantes republicanos a la presidencia como Donald Trump y Ted Cruz plantean expulsar a los mexicanos que están en el país sin permiso y construir un muro fronterizo más grande.
¿Tendrá algún eco el mensaje de Francisco en Estados Unidos?
“No estoy segura de que la gente le preste atención”, comentó Neomi de Anda, profesora adjunta de estudios religiosos de la University of Dayton que pasó su infancia en El Paso. “No estoy segura de que nuestros candidatos políticos estén interesados en lo más mínimo”. (Fuente: AP)