CIUDAD DE MÉXICO.- El papa Francisco se reunió hoy durante alrededor de media hora con seis jesuitas en la Nunciatura Apostólica, informó Federico Lombardi, vocero del Vaticano.

En conferencia de prensa detalló que los jesuitas vieron al Pontífice luego de que éste regreso del Hospital Infantil de México ‘Federico Gómez’.

La reunión fue “un pequeño encuentro fraternal”, en el cual los sacerdotes regalaron al Papa una reliquia del beato mexicano Miguel Agustín Pro Juárez.

El jesuita Pro (1891-1927) fue fusilado durante la Guerra Cristera (1926-1929) de México. Fue beatificado en 1988 por el Papa Juan Pablo II. Su canonización está en proceso.

Lombardi no habló de los temas que el pontífice trató con los integrantes de esta congregación, a la cual pertenece.

Aunque se le preguntó en repetidas ocasiones si en esta reunión se tocó el tema de un posible encuentro con los padres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, el vocero descartó pronunciarse al respecto.

El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, dependiente de la Compañía de Jesús en México, asesora a los padres de los estudiantes de Ayotzinapa.

“No hago un reporte del encuentro. Me dijo que podía hablar sobre la reliquia, sobre otras cosas no tengo qué decir”.

Lombardi también refirió que en la mañana del domingo, de camino hacia el Campo Marte, Jorge Mario Bergoglio también tuvo un encuentro con Monjas de la Visitación de Santa María, religiosas de clausura.

Añadió que cuando iba en helicóptero hacia Ecatepec, el Papa pudo observar las pirámides de Teotihuacán, sobre las cuales hizo un sobrevuelo.

Detalló que más de un millón de personas salieron al encuentro del Papa en las calles de Ecatepec, mientras que en la misa se congregaron unas 300 mil.

Por su parte, el jesuita Antonio Sapadaro, presente en la reunión con el Papa, difundió imágenes del encuentro en su cuenta de Twitter @antoniospadaro.

El Papa “nos hizo reír, aquí en México”, escribió Spadaro en uno de sus mensajes. “Historias divertidas”.

En otro tuit dijo que fue una “gran conversación” de treinta minutos y un “relajante y profundo momento”. (Fuente: La Jornada)

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