Por una nota del periodista Javier Chávez subida a su muro de Facebook, nos enteramos que el Congreso local de Quintana Roo, caja de resonancia de los designios del gobernador actual, mediante un “absurdo tecnicismo” de la reglamentación del INE, ha imposibilitado que en municipios de Cancún, Playa del Carmen y Chetumal, no funjan como candidatos de los partidos ningún hombre. Esto se debe, escribe Chávez, a un acuerdo 63 del INE que busca paridad de género, y que estriba en que por cada número total de candidatos para los ayuntamientos (las planillas) debe haber igualdad en el número de hombres y mujeres, y cuando los números de regidores sean impares, el número mayoritario deberá corresponder al género masculino.[1] Resulta que en Cancún, Playa del Carmen y Chetumal, el número de regidores de las planillas, incluido el candidato a presidente municipal, son once, y la cuota de género se rompe, por tanto, el candidato a la presidencia municipal debe ser, no un hombre sino una mujer, independientemente que tenga o no capital político, independientemente hasta de su capacidad, lo importante es que sea mujer. Esto es, a grandes rasgos, llevar al absurdo la igualdad de género.
Al leer la nota de Chávez, apunté que el temor del Borgismo no es perder Playa del Carmen ni Chetumal sino Cancún: Cancún, que antes fuera esa “tranquila” ciudad crecida de la noche a la mañana en la selva oriental, es la capital del municipio de Benito Juárez con el mayor índice de votantes en el estado, y podría decirse que es la capital del norte de Quintana Roo y que fácil puede ser la llave para ganar la gubernatura con un candidato fuerte y carismático para el Ayuntamiento, apoyando completamente al candidato para la gubernatura. Por todo lo que implica económica y políticamente, Cancún sigue siendo la joya de la corona del priísmo quintanarroense, joya que estuvo por mucho tiempo en manos del perredismo.
Noticaribe, en una nota al respecto,[2] señaló cómo las actuales dirigencias estatales del panismo y perredismo local, muy cercanas al Borgismo, combatió desde 2013 a Julián Ricalde Magaña para que no fuera presidente estatal del PRD. Ricalde Magaña casi fue defenestrado del PRD local, adicto a los designios del Borgismo. Ahora, los presidentes estatales del PRD y del PAN en Quintana Roo, han externado a sus dirigencias estatales que no desean nada con Ricalde Magaña en el proceso electoral en curso, y le han abierto las puertas a una dudosa politiquilla, Marybel Villegas, que practica el veletismo como condición sine qua non.
Para nadie es desconocido que las peores pesadillas del borgismo es que estos dos hombres, Julián Ricalde Magaña y Carlos Joaquín González, dos símbolos del antiborgismo, se unan completamente en pos del voto, hagan mítines y trabajo político juntos, y con esto hagan temblar toda la supuesta tranquilidad de ánimo que aseguran tener los priístas quintanarroenses. El barco se les va a la deriva, de ahí las patas de ahogado que andan tirando, buscando por donde sea, en tecnicismos de escuela barata de derecho, el modo para detener la inminente caída de un gobierno que hizo todo para perder ese estado.
Esperemos que el candidato de la alianza opositora al borgismo, Carlos Joaquín, ayude con las dirigencias nacionales para que Julián Ricalde Magaña esté como candidato para Cancún después de apelar las trancas jurídicas impuestas por un congreso local a modo con el borgismo. Y es que, como correctamente dice el Rompeolas de Noticaribe, el borgismo suda frío, le da hasta “choc nak”, nada más el imaginarse juntos en actos políticos a estos dos hombres que se han encumbrado como símbolos del antiborgismo. Al menos, para que amarre fuerte la campaña del candidato de la alianza opositora antiborgista, es necesario, hoy más que nunca, un acercamiento entre Magaña y CJG.
[1] “Discriminados donde más duele”. Periodistas Quintana Roo, 17 de febrero de 2016.
[2] “Rompeolas: Más obstáculos a Carlos Joaquín en el PAN y PRD”, Noticaribe, 17 de febrero de 2016.