Lo sorpresivo no fue la inadecuada hora de la llamada sino lo que traía consigo: mi Lic, te aviso que mañana deberás presentarte en la asamblea del partido de oposición que te indico en el mensaje para que tomes protesta como su candidato. Vamos a una competencia muy reñida y te necesito colaborando con la causa que nos anima.
Pero, señor, ni siquiera los conozco…
¡Sin peros, que no me gustan! No hay nada de que preocuparse; todo está arreglado: mi secretario te está enviando lugar y hora con los datos del contacto. Lo que hay que hacer, ya lo sabes. Por el pasado que tanto te ha dado, que tengas muy buen futuro. ¡Clic!
¿De qué otra manera pudo haber sido? Cualquier variante de los detalles verdaderos tendrá el mismo sentido. Ponga usted los nombres de partido y personaje en la combinación que identifique adecuada ya que, dicen las evidencias, hay más de una.
Si la opinión pública no sale de la sorpresa, es de entender que menos lo hagan afiliados, militantes, fundadores y creyentes de Morena, ‘la oposición verdadera’: en la invasión más reciente les tomaron por asalto la plaza más importante; desde arriba, sin pudor y sin ofrecer resistencia. De cuajo les cortaron ilusiones y aspiraciones. Adiós utopía. Los cuasi líderes locales, -quienes actúan más como cadeneros mal encarados- dicen ser los últimos en enterarse, tuercen mutis y se echan la bolita escupiendo para arriba.
Está más que claro: la verdadera contienda por el poder está en otra parte. La oposición de izquierda declarativa, la autoproclamada esperanza de México, está presa en su propio liderazgo autoritario y maximalista. En este caso estamos viendo una de sus más deshonrosas manifestaciones actuando como desechable ariete en manos del poder estatal en la sorda e intensa lucha de posiciones previas al día electoral. ¿O que otra cosa puede decirse? Que nadie se llame a engaño aduciendo que dentro del mal generado para sí mismos por tener que contender solos, la colaboración con el gobierno es sólo un daño colateral, inevitable e involuntario.
Quién mejor logre mermar la unidad en las filas del equipo contrario y de éste con sus posibles aliados, llevará ventaja marcada antes de que se deposite la primer boleta. Es como aquello que decía en una de sus principales premisas Sun Tsu en su famoso texto El Arte de la Guerra: la confrontación que mejor se gana es la que no tiene que combatirse. Desinflar al enemigo antes del choque.
Mara Lezama está acostumbrada a los foros públicos y las cámaras así que no le resulta nada extraño posar para las fotos con soberanos desconocidos en una fiesta a la que apenas llega. No es el caso de Mario Ramírez Canul quien no termina por ajustar su expresión corporal ante la nueva circunstancia: la primera será candidata a Presidenta Municipal de Benito Juárez por Morena y él estará acompañándola en su planilla como aspirante Síndico.
No quiero aventurar especulaciones sobre las razones que haya tenido quien manda y decide en Morena, AMLO, para aceptar semejante decisión que lo vincula de manera directa con el actual grupo en el poder estatal y para ello se ha visto obligado a marginar y pasar por encima de visiones y aspiraciones de cuadros políticos que se han dedicado a formar en la localidad a su nuevo partido. Lo que sí puedo decir es que no hay ingenuidad de por medio y que, por lo tanto, no es gratis.