LA HABANA, Cuba – El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, tiene previsto llegar mañana, domingo, a Cuba en una visita oficial de tres días, pero su homólogo de Venezuela, Nicolás Maduro, se le adelantó. ¿Fue casualidad o el mensaje es obvio?
No es un secreto para nadie que mientras las relaciones entre Cuba y Estados Unidos se fortalecen, las de los estadounidenses y Venezuela se deterioran.
Esa situación coloca a Cuba en una posición complicada, pues Venezuela es hoy su principal socio comercial e ideológico, por lo que el gobierno cubano ha sido muy cuidadoso en llevar el mensaje de que el acercamiento a su exenemigo del norte no significa que le ha dado la espalda a su aliado del sur.
Maduro llegó, en teoría, para renovar las intenciones venezolanas de fortalecer su relación con Cuba, pero la fecha de su visita ha dado mucho de qué hablar, sobre todo, cuando son tres los hechos ineludibles: viene dos días antes que Obama, lo hace en medio de una crisis política interna y en momentos en que Estados Unidos flexibiliza levemente su política hacia la isla y la aprieta hacia Venezuela.
Es lógico, por supuesto, que esta visita del presidente venezolano desate todo tipo de especulaciones, sobre todo cuando no hay previsto encuentro alguno con la prensa internacional para aclarar los motivos de su viaje a suelo cubano.
El diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC), publicó en su edición digital que Maduro vino al país a firmar varios acuerdos que buscan consolidar las relaciones bilaterales.
“Son tiempos de renovación y hermandad”, dijo Maduro a Granma. “El objetivo es seguir ofreciendo elementos estratégicos de cooperación que se transforman en hermandad”, añadió.
A pesar de su proceso de acercamiento diplomático con Estados Unidos, Cuba ha mantenido su férrea defensa en el tema de Venezuela, atacando con fuertes municiones a Estados Unidos.
“Tenemos grandes diferencias a partir de nuestra enfática, irrestricta, plena solidaridad con la República Bolivariana de Venezuela y con la unión-cívico militar de su pueblo que encabeza el presidente Nicolás Maduro Moros, y reiteraremos al gobierno de Estados Unidos nuestro reclamo de que aquella Orden Ejecutiva recientemente renovada, que califica a Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional de Estados Unidos, que no tiene justificación, que es arbitraria y agresiva, sea eliminada o abrogada”, dijo ante la prensa internacional acreditada en Cuba el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez.
Es en ese caldo de cultivo que llega Obama y Venezuela debe ser un tema central a tocarse entre el mandatario estadounidense y el presidente de Cuba, Raúl Castro Ruz.
Mientras el rollo con Venezuela se aclara, lo cierto es que el tema de la visita del primer presidente que viene a Cuba en medio del bloqueo o embargo económico sigue ganando tracción.
Gerardo Hernández Nordelo es uno de los llamados cinco héroes de Cuba. Estuvo preso en Estados Unidos acusado de espionaje y volvió a su país como parte de un acuerdo enmarcado en las negociaciones que dieron paso al anuncio de la reanudación de relaciones diplomáticas el 17 de diciembre de 2014. Él está muy pendiente de esta visita.
“Lo primero que me provoca la visita de Obama es agitación por el momento histórico que estamos viviendo y por el privilegio que representa estar aquí viviendo este momento. Hay personas que me dicen: ‘tú no sientes un poco de amargura porque el presidente del país que te tuvo preso venga de visita y se perciba amistosamente’. Yo le digo que no, que nada de eso, que para mí es muy importante que se estén dando estos pasos en aras de normalizar las relaciones entre los dos países, aunque no es un secreto para nadie que nos queda mucho por avanzar”, dijo Hernández Nordelo a El Nuevo Día.
René González, otro de los cinco héroes, tiene la misma impresión que su compañero y opina que lo significativo de la visita de Obama estriba en que el proceso parecer lucir irreversible.
¿Cuál es el mensaje que envía esta visita?, El Nuevo Día le preguntó a González.
“Envía un mensaje de que Obama está comprometido con este nuevo camino, y en lo personal eso me alegra, porque es más inteligente y es una actitud muy valiente de su parte. Es obvio que está haciendo lo posible para que este camino sea irreversible y por eso le damos la bienvenida, que la pase bien en Cuba y que después de ser presidente que venga muchas veces”, respondió.
El entusiasmo por la presencia de Obama en Cuba no tiene límites de sector en la vida cubana. Alicia Alonso, la legendaria directora del Ballet Nacional de Cuba, tuvo también palabras directas sobre la llegada del presidente estadounidense.
“Hubiera sido maravilloso que el presidente Obama llegara a Cuba con la noticia del fin del bloqueo. Eso era lo más justo. Confío en que su presencia entre nosotros contribuya a ese objetivo, ya que es posible construir una nueva relación entre los dos países. Yo espero que la opinión de los que pensamos así se imponga sobre los que promulgan el odio”, expresó Alonso.
Esa “nueva relación”, como sostiene Alicia Alonso, tiene muchos escollos que vencer todavía. Venezuela y su realidad es uno de ellos. ¿Se logrará un consenso entre Obama y Castro? Esa pregunta queda en suspenso, lo que sí es un hecho es que Maduro llegó a Cuba poco antes que Obama. (Fuente: El Nuevo Día)