CIUDAD DE MÉXICO.- El terremoto de 7.8 grados en la escala de Richter que se registró este sábado en Ecuador dejó al menos 233 muertos, 588 heridos y destrozos considerables, anunció este domingo el presidente Rafael Correa.

De acuerdo con un reporte técnico citado por el diario La Hora, el movimiento telúrico se ubicó a 10 kilómetros de profundidad y según el vicepresidente de la República, Jorge Glas, fue el más fuerte que el país ha enfrentado desde 1979.

El Gobierno ecuatoriano ha dado la orden de movilización al menos a 14.000 integrantes de la Fuerza Pública en el marco del estado de excepción decretado tras el terremoto.

“Todavía no hemos podido llegar a Pedernales. La situación es muy compleja. Las vías están muy afectadas para llegar hasta allí y dar asistencia”, ha explicado Glas. “Sabemos que hay ciudadanos en medio de los escombros que tienen que ser rescatados. Tenemos todos los recursos desplegados y vamos a recibir ayuda internacional”, ha detallado también poco después el vicepresidente, que ha avanzado que se están haciendo todos los esfuerzos para restablecer la energía eléctrica en Manabí. “Hay un 38% ya en Esmeraldas”, ha concretado.

“Los daños son graves y tenemos decenas de muertos. Es el terremoto más fuerte de las últimas décadas”, ha escrito en su cuenta de Twitter el mandatario, quien ha anunciado su regreso a Ecuador para este domingo en la tarde. El Gobierno ha anunciado que se destinarán 300 millones de dólares para la emergencia.

El terremoto se registró este sábado por la tarde en el noroeste del país en la provincia costera de Esmeraldas, fronteriza con el sur de Colombia. El temblor también se sintió fuerte en Quito, capital de Ecuador. Ocurrió a las 18.58 hora local. El epicentro fue en el océano Pacífico a una profundidad de 20 kilómetros, a 28 de la costa ecuatoriana y a 173 de Quito. Las réplicas se han sentido durante toda la madrugada y han llegado a alcanzar una intensidad de 6,1 grados.

Los mayores daños se registran en las zonas de Pedernales y Cojimíes (Provincia de Manabí), según el Instituto Geofísico de Ecuador. Los reportes de las redes sociales dan cuenta de que hay ciudades sumidas en la oscuridad y afectadas por derrumbes. Igualmente hay daños en puntos distantes del epicentro como Guayaquil, donde hubo derrumbes en centros comerciales y vías. Además se ha cerrado el aeropuerto de esta ciudad. En Esmeraldas no hay comunicaciones telefónicas. Radios locales han contado que durante el terremoto se escuchó un estruendo en una refinería local.

En la capital, Quito, hubo gran conmoción. Algunos barrios perdieron el fluido eléctrico. Las personas que habitan edificios altos salieron a las calles y algunas han decidido pernoctar afuera. El Instituto Oceanográfico de la Armada ha informado de que no se han registrado variaciones del nivel del mar en el borde costero, pero se ha recomendado por precaución evacuar población a zonas altas.

El roce de dos placas tectónicas

Los informes del Instituto Geofìsico indican que el terremoto en Ecuador se produjo por el choque entre la placa nazca y la placa sudamericana, que desplazó una aspereza (ruptura de falla) que a su vez liberó la energía o presión acumulada en forma de onda sísmica. A raíz de este movimiento, otras fallas han comenzado a ajustarse y esto ha ocasionado más de un centenar de réplicas durante la madrugada de este domingo.

Manta, Portoviejo y Pedernales (provincia de Manabí) están entre las más afectadas. Las víctimas reportadas provienen, sobretodo, de estas localidades costeras. Manta, con 226.000 habitantes (el 16,5% de la provincia), es el segundo puerto marítimo del país y es una ciudad en crecimiento con edificios de viviendas en el borde de la playa que poco a poco van desplazando las viviendas de pescadores de antaño. Portoviejo en cambio es una ciudad de costa interna en la que viven 280.000 habitantes (el 20% de Manabí) y que se dedica mayormente al comercio y a la reparación de vehículos y motocicletas. Sus casas son más modestas de apenas dos plantas o tres plantas.

La tercera ciudad más afectada y donde todavía no han llegado los organismos de socorro es Pedernales, que tiene 55.000 habitantes (el 4% de la provincia). Su población se dedica a acoger el turismo que llega a sus playas. Hay algunos hoteles en la línea de playa, pero tampoco son edificios muy altos. (Fuente: El País)

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