Hasta hoy gobernado por 19 presidentes municipales emanados de las filas del PRI -algunos en forma interina- y 41 años de vida constitucional, Othón P. Blanco, sin embargo, está a unas semanas de convertirse por primera ocasión de su corta historia en una demarcación quintanarroense gobernada por la oposición, cuando sus electores acudan a las urnas en junio próximo.
Ese primer domingo del mes, cuando también se renovarán el Congreso, la gubernatura y todos los Ayuntamientos, los aspirantes más representativos en ese municipio capitalino son los candidatos de las Alianzas PRI-Verde “Ecologista” y PAN-PRD que, contra lo acostumbrado de elecciones anteriores, prevén una cerrada lucha que, no obstante, no se espera definir en las urnas, sino en los tribunales. Ya le explicaremos.
Verá Usted. Los representantes de ambas coaliciones son la oscura priísta Arlet Mólgora Glóver y el popular Luis Torres Llanes, la primera de ellas una joven veracruzana que, con una meteórica “trayectoria” en la que ha sembrado más enemigos en su propio partido que en la oposición, ha sido sospechosamente impulsada desde un principio por el ex gobernador Félix González.
Aunque no pocas voces la ligaban al principio con el no menos cuestionado ex secretario de Finanzas del ahora senador, el alcalde cozumeleño Freddy Marrufo Martín, lo cierto es que de simple empleada saltó a directora administrativa de la Secretaría Estatal de Salud, funcionaria de la Secretaría de Educación, diputada local y federal, aunque de estos dos últimos se dio el lujo de solicitar “licencia”.
Hasta hoy se ignora si por conquista política en materia de igualdad de género o por caer bien, pero lo cierto es que su candidatura por la presidencia municipal marginó a políticos con mayores “méritos”, féminas inclusive, sin embargo faltos de algún “padrino” de la jerarquía del controvertido ex mandatario priísta.
Así, que Arlet Mólgora haya alcanzado esos niveles gracias a Félix González -guardadas las proporciones-, sólo comparables con la cuestionada carrera por la candidatura priísta en favor de Mauricio Góngora, prácticamente no extraña a nadie si tomamos en consideración que el cozumeleño fue quien realmente gobernó Quintana Roo tras concluir su sexenio, gracias a su títere Roberto Borge Angulo.
Desde luego que los factores externos juegan papel determinante para vaticinar la suerte de la veracruzana, pero también los que se refieren al papel del criticable abanderado priísta a la gubernatura, ya que, a su infructuosa, difícil tarea por tratar de “levantar” su campaña, ahora se suma la belicosa actitud de la candidata, que se ha desmarcado de la coordinación política de quien, al menos en su papel, debiera ser su jefe.
Envalentonada por el cobijo de Félix González, Arlet Mólgora busca hacer las cosas a su modo, como antaño cuando la oposición sólo existía para trámite de legitimación, no ahora cuando el PRI tiene enfrente a un opositor rival en serio que, a menos de mes y medio de las elecciones, ya le saca ¡diez enormes puntos de ventaja en las preferencias electorales!
Como era de esperarse, esta circunstancia tiene muy preocupado -y desde luego, muy enojado- al incierto Mauricio Góngora, principalmente porque sabe que la candidatura de OPB no surgió de sus manos y ahora escapa de éstas, al grado tal que sus asesores ya analizan la posibilidad de un cambio de candidata ante las autoridades electorales. Primero fue un rumor, pero cada vez cobra mayor fuerza.
Por si fuera poco, tal y como mencionamos hace unos meses, resultaba inexplicable a todas luces el patrimonio inmobiliario de la jarocha, a la que retamos en su momento a poner las cosas en claro -como los antecedentes penales de Mauricio Góngora-, pero, al igual que éste, no sólo ignoró la invitación, sino que ¡tampoco los mencionó en su declaración patrimonial! Doble falta, automática expulsión, al menos en teoría en Quintana Roo.
Es justo aclarar que las garrafales fallas de Arlet Mólgora, cuyo principal problema se llama precisamente “Arlet Mólgora”, no demeritan la calidad de candidato de la oposición que tiene enfrente, ya que el trabajo de Luis Torres no es de hoy, como el de ella, sino que es de hace muchos años, pero el PRI, al igual que a muchos otros, jamás le dio mejor oportunidad.
Ya hablaremos sobre él en su momento, ya que el tema es amplio para quienes, como su servidor -y muchos colegas nuestros- le conocemos desde sus humildes orígenes.
Por lo pronto, la lista de los priístas que han ocupado sucesivamente la “silla” de la avenida Álvaro Obregón es la siguiente: (1975-1978) Mariano Angulo Basto, (1978-1981) Hernán Pastrana Pastrana, (1981-1984) María Cristina Sangri Aguilar, (1984-1987) Alfredo Díaz Jiménez, (1987) José Asencio Navarrete, (1987-1990), Efraín Ortiz Yeladaqui, (1990-1993) Rosario Ortiz Yeladaqui.
(1993-1995) Diego Rojas Zapata, (1995-1996) Felipe Barquet Armenteros, (1996-1998) Enrique Alonso Alcocer, (1998-1999) Javier Díaz Carvajal, (1999-2000) Eduardo Ovando Martínez, (2000-2002) Moisés Pacheco Briceño, (2002-2005) Eduardo Espinosa Abuxapqui, (2005-2008) Cora Amalia Castilla Madrid, (2008-2011) Andrés Ruiz Morcillo, (2011-2013) Carlos Mario Villanueva Tenorio, (2013-2016) Eduardo Espinosa Abuxapqui y (2016) Marina González Sihel.
¡Y se espera el cabalístico número 20 para cambiar el color de la Comuna!… aunque debió ser el 18.
(Permitida la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita del nombre de su autor)
* Luis Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo, con más de 39 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de diversos medios de información, ha sido Jefe de Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y publicado tres libros.