La amiga cercana de Félix González Canto, Arlet Mólgora Glover (Poza Rica de Hidalgo, Veracruz, 1977) al parecer no infla ni los bellos carrillos en su apagada campaña. Esta mujer, hay que decir, no es ni política profesional ni luchadora social, no está anclada a la realidad chetumaleña. Tal vez tuvo un padrino, otrora todo poderoso. Hace días corrió la especie de que la intentarían arrebatar la candidatura, especie nomás.

Chetumal, tal vez después de las lluvias de octubre del año pasado, en que los cielos eternos se abrieron y el mangle, ganado por las voraces inmobiliarias, no dejó pasar el agua en busca de su camino hacia el Hondo o la bahía, se encuentra apagada, triste y silenciosa. No sé cuántos son los burócratas despedidos por una reingeniería borgista brutal que destrozó la espejeante economía chetumaleña.[1] Esta ciudad, desde luego, no es la Chetumal que conocí. Y aunque anden en campaña los grillos de “San Caralampio”, especie de Macondo bautizada así por un conocido monero de la Ciudad de los Curvatos, el tráfago que producen estos días afiebrados de campañas sólo se ve en concentraciones mitineras y en “caminatas” por las distintas colonias del lugar. Tal vez el calor tropical hace que la siesta del martes y del miércoles se prolongue hasta el domingo, y los chetumaleños la piensen dos veces antes de salir de sus sudorosas casas.

Hay un Chetumal que crece de forma irregular, sin prevención de los desastres naturales,[2] y con poco respeto a la ecología de ese “carrizo” de la antigua Payo Obispo, rodeada de agua, frente a la bahía apacible, y surcada de sabanas, arroyos del Hondo y la serie de vados y esteros que comunican este río con la laguna de Bacalar, la mítica Bacalar. Los estudiosos del tema urbano lo dicen, convencidos del desastre:

A principios de la década de 1970, Chetumal era catalogada como una ciudad pequeña. A partir de entonces, el crecimiento poblacional ha sido constante, aunque moderado, a la par de un crecimiento y modernización irregular y anárquico de la infraestructura y equipamiento urbanos. Esta forma de crecer de la ciudad han sido, en gran medida, consecuencias del tipo de gestión urbana que ha sufrido Chetumal, a saber: búsqueda de fines políticos en la inversión en equipamiento e infraestructura; dominio de las percepciones y preferencias del gobernante en turno en la realización de cambios en el estilo de la arquitectura e imagen urbanas.[3]
Hay un Chetumal en crisis económica por los despidos masivos que hiciera el borgismo a los burócratas que siempre fueron fieles al priismo de los aristócratas de la hamaca chetumaleña. Hoy, defraudada media ciudad de burócratas y de pobres que crecen como los hongos de la humedad después de las lluvias, toda una serie de factores (políticos, ecológicos, económicos y hasta la falta de seguridad) tal vez jugarán para la caída estrepitosa del priísmo chetumaleño, bastión dentro del bastión priísta quintanarroense. Hay un Chetumal cuya delincuencia menor y los robos a casas habitación están a la orden del día. Hace unos días, en una comunidad de Othón Pompeyo Blanco, en la comunidad de González Ortega, se dio un crimen múltiple “nunca antes visto” en ese poblado, me dijo una señora del lugar: torturados, maniatados y degollados, en una casa se encontraron tres cuerpos.[4] Hasta ahora, el turco que regentea los últimos días del priismo en Chetumal y que intentó la tramoya insufrible de ser candidato a gobernador, ni se ha presentado al lugar, y, al parecer, a nadie le interesa presentarse, a la clase política chetumaleña no le interesa gran cosa lo que sucede fuera de los muros de sus curvatos de confort.

La espigada candidata a la presidencia de ese municipio capitalino, amiga cercana de González Canto, como hemos dicho, no infla ni los cachetes en su campaña. Entre las voces que he recogido en estos días, de taxistas, de amas de casa y la gente de las calles, me dicen que si se puede derrotar al bastión del PRI en Quintana Roo, con más razón será la derrota priísta en Benito Juárez y toda la zona norte del estado, donde se concentra la mayoría del padrón electoral. En Bacalar, Mauricio Morales Beiza, un veracruzano radicado con su familia desde hace 29 años en Bacalar, la tiene asegurada: cae como naipes el priismo en el sur del estado, y nadie quiere estar ahí para ver eso. Hoy la moda es declararse anti priista, hasta los propios estercoleros del seudo periodismo chetumaleño (de esos cuyo lema es “acoplarte y acostumbrarte al sistema”), lo saben, y se transforman en “periodistas independientes” (en busca, desde luego, de nueva dependencia).

Coda

El viernes pasado, por las redes sociales, vimos a un Senador de la república por el estado de Quintana Roo, ex gobernador del estado para hacer más duro el escenario, rompiendo, como si fuera vándalo pagado con 200 pesos diarios para hacer la campaña sucia al priísmo tropical quintanarroense, la propaganda del candidato opositor a su candidato a la gubernatura, el cual él mismo designó. El video era patético: González Canto, tal es el nombre del Senador, demostraba su deturpación política. Las altas esferas del poder político en Quintana Roo, del grupo cuyo jefe es González Canto, saben que el sistema está podrido, que ya cumplió su ciclo, y aunque intenten detener lo inevitable, el caso es que se necesita un válvula de descompresión rápida y sin demora. La gangrena ha carcomido todo. La deuda es impagable, y la deuda pública de Quintana Roo es producto de dos sexenios atroces, el de González Canto y de Borge Angulo.

Al saber del video, muchos analistas políticos, que no escriben en los diarios del sistema, que no tienen columnas pagadas y mercantilizadas, vapulearon por las redes a los defensores de la despatarrada acción de González Canto. José Antonio Callejo Anzures, un pendolista del sistema naufragante, hizo la señalización de que González Canto, al fin y al cabo, resulta tío del candidato a gobernador de la alianza UNE, Carlos Joaquín González. Callejo Anzures, patético en su defensa, sacó de la manga el embeleco de que todo estaba en orden, que la brigada joaquinista que cruzó la popular colonia chetumaleña “Los Monos”, no preguntó al dueño si podrían colocar la propaganda de su candidato. No sé cómo diablos un senador de la república, con fuero y sin licencia en el Senado, rápidamente se enteró de que en una lejana colonia de Chetumal, una brigada joaquinista puso propaganda sin permiso del dueño. ¿Qué diablos estaba haciendo ahí un senador de la república, en un colonia dejada a la nula voluntad de la clase política chetumaleña, y lejana a su hotel de lujo, entre polvareda eterna y cercanía de la sabana? ¿Dónde queda la neutralidad del senador? Eso, desde luego, no apunta Callejo, pero luego nos enteraríamos que dos videos, grabados con una semana de distancia cada uno, presentaba al dueño de la casa de la colonia Los Monos apoyando a Carlos Joaquín, y luego, retractándose de su apoyo. Así de real maravilloso es la grilla en “San Caralampio” de los Curvatos de los últimos días del pri gobierno. Y aquí, transcribo algunas preguntas y anotaciones al vuelo de un investigador del CIESAS Peninsular comentando la grilla en su patio chetumaleño y los actos vandálicos del senador de la república:

¿Cuándo se había visto a un senador, portando tal investidura, hacer el trabajo sucio de cadeneros y delincuentes electorales? Y tal parece que no fue un acto ocasional, él mismo dijo que habría que seguir con la limpia. Como todo priista, al fin y al cabo terminan mostrando lo que son…No es lo mismo que un “guerrero del común” retire el pendón, al fin y al cabo es su trabajo y para eso -me imagino- le pagan; a que lo haga un representante de todos los quintanarroenses en uno de la máximos tribunales de la Nación. La diferencia es abismal.[5]
No discutamos más sobre el video de González Canto, a todas luces se trata de una infracción grave al código de honor del Senado de la república y tipifica como delito electoral. Lo que sí no hay que dejar de apuntar, es que habría que secundar la iniciativa de desafuero salida desde las redes sociales.[6] Vamos a desaforar a González Canto, entre otras razones, por las siguientes que escribo:

Porque este nefasto personaje le debe mucho a Quintana Roo.

Es el causante principal de la tremenda deuda del estado.

Es el que puso el huevo de la serpiente borgista.

Ahora quiere poner a otro coralillo reptante, a su gato y pelele.

Modifiquemos las circunstancias de Quintana Roo, no sigamos el juego al Alí Babá González Canto y sus tremendos ladrones.

[1] Cfr. “MARCHA DEL DESEMPLEO: Protestan burócratas despedidos por Borge en Chetumal: “Te dimos nuestro voto y tu nos votaste a nosotros”, en Noticaribe, 12 de octubre de 2013.

[2] Tales fueron las lluvias de octubre del 2015: cuatro días de torrenciales lluvias hicieron que el manto freático, comido por la mancha urbana de una ciudad sin alcantarillas, se tapara y zonas de bajíos fueran rodeadas por el agua.

[3] Camal-Cheluja, Tania Libertad y Juan Carlos Arriaga-Rodríguez, “Crecimiento y trasformación urbana de Chetumal. Una interpretación desde la lógica de la élite política local 1974-2014”, en Antonio Higuera Bonfil (coordinador), Quintana Roo: cuatro décadas de vida independiente, Chetumal, Conaculta-Gobierno del Estado de Quintana Roo-UQROO, 2014.

[4] “TRIPLE ASESINATO EN EL SUR DE QR: Hallan a una mujer y dos hombres maniatados y torturados en el poblado Jesús González Ortega de OPB”, en Noticaribe, 16 de abril de 2016.

[5] Comentarios del doctor Gabriel Macías Zapata, investigador del CIESAS Peninsular.

[6] Cfr. existe una iniciativa de desafuero subido a la plataforma change.org titulado Se solicita desafuero de Senador de Q.Roo Félix González Canto”, en https://www.change.org/p/c-dip-jose-de-jesus-zambrano-grijalva-se-solicita-desafuero-de-senador-de-q-roo-f%C3%A9lix-gonz%C3%A1lez-canto?recruiter=89194064&utm_source=share_petition&utm_medium=whatsapp

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