Aunque las cosas de Quintana Roo deben ser resueltas allí, por los quintanarroenses, huele mal, muy mal, la estrategia de acusar al candidato de la coalición PAN-PRD por supuesto lavado de dinero. Les explico las razones del mal olor que se percibe y del mal sabor que me deja.
Primero, la lógica: un partido puntero no se ocupa de atacar al que supuestamente le sigue atrás. Mal que se recurra a esa estrategia, más mal que se recurra a un argumento tan abstracto, difuso, como el “lavado de dinero”.
¿Pos no el jefe de la unidad de inteligencia financiera de la Secretaría de Hacienda es Alberto Bazbaz Sacal, sí, aquél procurador del Edomex que no pudo encontrar el cadáver de una niña, emparedado que estaba entre los colchones en los que dormían dos personas? ¿Será que Bazbaz sea imparcial, antes de preguntar si será capaz de desahogar tan desesperada acusación?
Segundo, la ilógica: el supuesto “lavador” Hamil Elías Hindi (ojo, con los nombres y apellidos del acusado, miembro de la comunidad sirio-libanesa, misma a la que pertenecen Borge, los Joaquín y el propio Bazbaz) ha sido contlapache de todos los gobiernos estatales, todos del PRI y había formado parte, por lo menos hasta ayer, del Comité de Financiamiento de Mau Mau Góngora.
Tercero, la suicida: acusar a Carlos Joaquín de ‘lavado de dinero’ es acusar a la familia Joaquín entera, enterita, ya que los negocios del ahora candidato son, ni más ni menos, que los negocios familiares. Así, de rebote y sin pensarlo, Manlio Fabio Beltrones se estaría llevando de corbata a su propio partido, ya que Pedro, el primogénito de la estirpe, fue presidente del PRI en los difíciles momentos de la campaña de EPN, en los que tuvo que enfrentar graves acusaciones por el turbio origen de los fondos utilizados.
Es tonto escupir pa’rriba…
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(+) José Luis Sierra Villarreal (Tepic, México, 1948) es un sociólogo, investigador, analista político y periodista mexicano, nacido en el estado de Nayarit, pero avecindado desde hace treinta años en Mérida, Yucatán, donde desempeña su tarea crítica y de cuestionamiento al poder público. En su juventud, durante los acontecimientos hoy referidos como la guerra sucia en México, ocurridos durante los años del gobierno de Luis Echeverría Álvarez, fue encarcelado siete años en Monterrey, Nuevo León, acusado de sedición y asalto a mano armada, entre otros delitos, pero en el fondo, por su actividad de combatiente ideológico. Fue, más tarde, amnistiado en la administración del presidente José López Portillo. Es esposo de Dulce María Sauri Riancho, la primera mujer gobernadora del estado de Yucatán
Atentar contra la ley de gravedad , tiene sus consecuencias , de que cae ¡Te cae !
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