CANCUN, MX.- Ni los jeques árabes gastan tanto como lo hacen los funcionarios públicos de Quintana Roo. Compras millonarias de automóviles de lujo con cargo al erario. Desde su llegada al gobierno, Roberto Borge gasta en autos como Santa Clos los 365 días del año, publicó este día el periódico Luces del Siglo.
A pesar de que el Presupuesto está regido por un estricto control aprobado por el Congreso local que establece que el Ejecutivo deberá aplicar “las normas de disciplina fiscal”, el gobernador Roberto Borge ha dispuesto de manera discrecional de los recursos del erario público para hacer “compras de pánico” sin atender las medidas de “disciplina, austeridad y racionalidad” que marca la Ley de Egresos en el artículo 38 del presupuesto de egresos.
La compra millonaria de automóviles durante los seis años de gobierno ha pasado por alto las mínimas normas del ejercicio presupuestal al violentar lo establecido en el artículo 35 de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Prestaciones de Servicios Relacionados con Bienes Muebles del Estado, al superar los montos máximos de adjudicación directa.
Al menos en el año 2015 el gasto del Gobierno fue por más de 47 millones de pesos en la compra de automóviles, algunos de ellos de lujo, rebasaron los 2 millones de pesos por unidad, contrario a lo establecido por el Congreso local en la Ley del Presupuesto de Egresos.
Al incurrir en gastos onerosos y superfluos se pasa por encima de la ley de adquisiciones de bienes, arrendamientos o contratación de servicios, cuyo importe sea superior al monto establecido para su adjudicación mediante invitación restringida que establece un tope máximo de 800 mil pesos.
Para las adquisiciones el presupuesto aprobado por el Congreso establece que en el manejo de los recursos públicos se deberán atender “a los criterios de honradez, disciplina y austeridad” que tengan a bien dictar sus respectivos órganos de gobiernos competentes.
En el desvío de recursos y los gastos fuera de presupuesto, el Congreso del Estado ordena “al Órgano de Fiscalización Superior del Estado” a revisar el presupuesto asignado a los Poderes Públicos y Organismos Autónomos que hayan ejercido de conformidad con las normas y criterios de honradez, disciplina y austeridad. Sin embargo, el gobierno de Roberto Borge incumple con la Ley de Transparencia establecida por la propia ley presupuestal que obliga a transparentar las erogaciones del gobierno a través del instituto de acceso a la información y protección de datos personales de Quintana Roo.
Como cada año en 2016 se repite lo mismo en el presupuesto aprobado y firmado por el presidente del Congreso, Mario Machuca Sánchez, y la diputada secretaria Suemy Graciela Fuentes Manrique, se establece que el gobierno del estado debe atender a la normatividad conducente de la Ley General de Contabilidad Gubernamental y la emitida por la CONAC para el ámbito estatal.
El derroche millonario en la compra de automóviles para el uso de funcionarios públicos rebasa al presupuesto asignado a tres de las principales universidades del estado como lo son la Politécnica de Quintana Roo, la Tecnológica de Chetumal y la Politécnica de Bacalar, cuyos presupuestos en lo individual, en el primer caso, no llega ni a los 24 millones de pesos y en los otros casos a los 13 millones de pesos.
El gasto millonario en los autos de lujo es superior al presupuesto destinado a los proyectos de Ciencia y Tecnología del Estado, a cuyas actividades se asignan 1 millón 100 mil pesos para el año 2016.
Es decir se gasta 4 mil 700 por ciento más en autos que en investigación científica y tecnológica. Comparativamente el derroche de gasto en autos de lujo y compactos es similar al presupuesto de este año destinado al sector de la salud que es de 54 millones de pesos. (Fuente: Luces del Siglo)