Sólo 15 días pasaron después que Carlos Joaquín González recibió su constancia como Gobernador electo para que empezaran a rodar las cabezas en los “medios” de comunicación que, durante meses, fueron sus enemigos acérrimos, que no adversarios.
Se recuerda aún el video viralizado de Joaquín amenazando con decapitar a quien lo traicione. Y parece ser que las advertencias se cumplen.
Quienes se sentían virreyes de la información y los medios, hoy hincaron las rodillas al piso y como auténticos lamebotas (es ocioso agregar más calificativos), le respondieron a Carlos Joaquín: ¡Si señor! Lo que Usted Mande.
De la misma manera como lo atacó, desvergonzadamente Diario Respuesta “decapitó” a sus columnistas “estrellas”: Román Trejo Maldonado (Turbulencia), Joaquín Quiroz (Por la Libre) y Guillermo Vázquez Handall (Confesiones).
Esta fue la primera condición de Carlos Joaquín tan sólo para que Heriberto Millar tuviera un acercamiento con él como Gobernador electo, pues su gemelo Alberto Millar, sigue con la garganta haciendo péndulo en la guillotina.
Esta es apenas una advertencia de lo que viene para quienes se ensañaron en sus columnas contra Joaquín González, quedando en la orfandad editorial y política.
Mucho se puede decir de los tres “periodistas” cesados de forma fulminante hoy por Respuesta, pero sería ocioso y una pérdida de tiempo.
Y es que faltan varios medios y muchos “periodistas” que tras el descalabro de la coalición PRI-Verde-Panal y el próximo fin de los gobiernos priistas, intentan sin ápice vergüenza permanecer en la ubre gubernamental y se arrastran para acercarse al Gobernador electo.
Ahí están Isabel Arvide, Luis Contreras, David Romero, Carlos Canabal, Luis Montañez, Alberto “Pepe” Gómez, sólo por mencionar los más elementales, dejando sólo a quien fue su mecenas más de cinco años, Roberto Borge y rastreros quieren “caer bien” a Carlos Joaquín.
Más pronto que rápido se darán a conocer los salarios de estos “distinguidos periodistas”, como ya se sabe lo que cobra (aún) Román Trejo en el Gobierno del Estado.
Las decapitaciones no eran una amenaza, eran una advertencia. Desde años ancestrales el vencedor nunca deja un enemigo vivo. En el mundo animal, los machos vencedores matan incluso a todos los cachorros engendrados por el rival vencido.
La guerra así es… y el Comandante ya dejó a merced de la tropa las primera cabezas.