Patrick Zamarripa, de origen mexicano, es uno de los cinco policías estadunidenses asesinados esta madrugada por un hombre que odiaba “policías y personas de raza blanca” en una protesta de Black Lives Matter en Dallas, Texas.
Otros siete policías fueron heridos de bala y dos transeúntes hospitalizados igualmente. Estadísticas del Fondo Nacional para la Memoria de Policías (NLEMF) muestran que este es el peor y más numeroso atentado contra policías en casi 100 años, después del atentado del 11 de septiembre del 2001 en donde fallecieron 72 agentes.
Patrick Zamarripa, padre de dos niños, era un hombre que “amaba a Estados Unidos, a Texas, a mi familia, a sus amigos y los deportes”.
Igualmente, tiene un claro historial militar: sus tíos y medios hermanos son veteranos de diversas guerras, aparece en fotografías cargando armas, publica en favor de organizaciones policíacas #BlueLivesMatter, se opone a recibir sirios y refugiados.
Su esposa Kristy Villaseñor lo llama “my sexy mexy”. “Mi mejor amigo, mi amante, mi mundo. Amo a este hombre con todo lo que está en mi” y utiliza los hashtags estatistas #SupportLawEnforcement, #MilitaryFamily, #ThePoliceFamily y #WearBlue.
Sin embargo, en más de 200 tweets y a través de sus perfiles de redes sociales, hace mínimas menciones de sus orígenes mexicanos (emigrante, de una tercera o cuarta generación): “Feliz cumpleaños al mejor país en todo el planeta tierra. ¡Mi amada América!”, declaró este cuatro de julio.
Hasta esta mañana de viernes sólo se ha mencionado la identidad de Zamarripa y del oficial anglosajón Brent Thompson. Sin embargo en Dallas, ciudad donde un 24 por ciento de sus 6.38 millones de habitantes son de origen mexicano, es probable que de los doce policías baleados, otros tengan también orígenes mexicanos.
En Dallas residen mil 546 millones de personas con origen mexicano, 943 mil nacieron en Estados Unidos, 602 mil nacieron en México, señala un estudio de Pew Hispanic 2011. Es la cuarta ciudad con más mexicanos después de las áreas metropolitanas de Los Ángeles, Chicago y Houston.
El caso de Dallas surgió después de que este martes policías anglosajones asesinaran a Alton Sterling, afroamericano, padre de cinco, en Luisiana e igualmente miércoles al joven negro Philando Castile, en Minnesota, en un video grabado por su novia, quien presenció junto con su hija el asesinato del hombre por policías anglosajones.
Analistas y medios de comunicación enfatizaron las coincidencias de estos sucesos, mencionando un proceso y posibilidad de una “revancha” por parte de afroamericanos contra la policía al ser vista como una institución de racismo y violencia. (Fuente: Excélsior)