Han pasado ya 15 días del asesinato de Isaías Capeline, uno de los operadores del primer círculo de Roberto Borge.
Y hasta el momento la Fiscalía General del Estado no ha ofrecido mayores avances sobre este crimen.
Pocas horas después del homicidio, el fiscal, Carlos Arturo Álvarez Escalera, sostuvo que se trató de homicidio perpetrado por la delincuencia organizada.
De tajo, el Fiscal eliminó las líneas de investigación sobre las actividades que realizaba Capeline, como el espionaje y la intimidación, no solo de adversarios del Gobierno, sino también de funcionarios dentro del mismo aparato gubernamental, incluido el PRI.
En realidad, a pesar de la relevancia del caso, la policía investigadora realizó su labor con desatención, pues la camioneta de Capeline ni siquiera fue traslada a las instalaciones de la Fiscalía y ni se permitió el acceso de personal a su domicilio.
Todo parece indicar que este homicidio ampliará la enorme colección de crímenes sin resolver de Carlos Arturo Álvarez Escalera como Procurador y ahora como Fiscal.