Que las cosas en el PRI están peor de lo que parecen.
De entrada, se ha convertido en una papa caliente, pues los adeudos con los trabajadores de los comités estatales y municipales crecen como la espuma.
Desde la derrota del pasado 5 de junio, se cortó el flujo de recursos a los comités estatales y municpales del PRI y los más perjudicados han sido los trabajadores.
Así las cosas, quien sea el próximo presidente estatal del PRI tendrá, como unas de sus primeras tareas, pagar deudas acumuladas, incluidos los salarios de los trabajadores.
Pero, la cosa no para ahí.
El PRI, con toda y su militancia, ha pasado a segundo aplano, no solo por su derrota en las urnas, sino porque el PVEM ahora dice que es el que manda en esta alianza entre verdes priistas.
Es decir, ahora los ‘jefes’ son los ‘verdes’ y los del PRI tienen de dos sopas.
Y así será al menos en los próximos dos años.