“TENEMOS UN PRESIDENTE INCOMPETENTE”: Rechazo a Peña Nieto en el Congreso apuntalado por la reunión con Trump

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CIUDAD de MÉXICO.- No fue invitado a la sesión de Congreso General en San Lázaro, pero el candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, llenó el pleno con su presencia.

“¿Qué hace el presidente de la República invitando a un candidato presidencial estadunidense?”, recriminó Manuel Clouthier, diputado independiente, al arrancar la retahíla de críticas al IV Informe de Gobierno de Enrique Peña Nieto.

Siguieron los legisladores de los partidos Encuentro Social (PES), Nueva Alianza (Panal) y Movimiento Ciudadano (MC). La de Morena encendió la furia de los priistas.

Mientras Rocío Nahle, coordinadora de ese partido, usaba sus últimos minutos en tribuna, una decena de diputados, también de Morena, sacaron una gran manta que decía: “¡Fuera Trump de México!”. Luego otra: “¿…Y la dignidad… EPN?”.

Cerraban con dos monigotes: uno que representaba a Peña, con un letrero que rezaba: “Pero qué necesidad”, y otro más grande de Donald Trump.

La furia de los priistas sobrevino cuando un diputado del PRI jaló la manta a Margarita Cuata Domínguez, de Morena. El correligionario de ésta, Rogelio Castro, se acercó a aquél y recibió un derechazo. El vicecoordinador del Revolucionario Institucional, Jorge Carlos Ramírez Marín, trató de tranquilizarlos.

Luego, como ocurrió hace cuatro años, los diputados del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) no aguantaron las críticas contra Peña e intentaron irse a los golpes contra los de Morena. Apenas un escarceo violento y algunos insultos.

Los priistas gritaban desaforados: “Fuera, fuera”.

Jesús Sesma, coordinador de PVEM, subió a tribuna y calló por un momento mientras escuchaba los insultos.

Al terminar su discurso subió el perredista Fernando Mayans. Inició de una manera suave, anticlimática, y terminó con gritos, insultos y jaloneos. Recordó “el nepotismo” y “el compadrazgo”, pero sin referirse a nadie en concreto. Habló de manera general.

Calmados los ánimos, Mayans Canabal recordó que el alza a las gasolinas afectará a los mexicanos, y el saneamiento de Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, dijo, es para prepararlos para su venta. Y, para colmo, la caída de los precios petroleros, dijo.

“Este gobierno ofreció un México en paz”, pero la impunidad sigue. Desapariciones forzadas, criminalización de la protesta social. Un estado inquisidor y su “verdad histórica de Ayotzinapa”. Sólo generalidades del PRD.

El único dardo: “Se debe empezar con el ejemplo señor Peña Nieto. Someterse a la ley anticorrupción”.

Y de sus propuestas esbozó sólo algunas: acabar con el fuero y respeto a la diversidad sexualidad. Luego vino su rechazo a la privatización del agua. Eso generó malestar en el PRI y reiniciaron los gritos. “Alcahuetes del gobierno”, respondió Mayans. Y el tiempo se le acabó.

Subió a tribuna el panista Fernando Herrera Ávila. “Ese poder, ese poder no puede. El que ha estado en el gobierno desde hace cuatro años, en el Poder Ejecutivo, no puede cumplir con las leyes. Es totalmente corrupto e incompetente”.

Luego vino el reclamo por la visita de Trump. “El presidente Peña que respete por igual a los dos candidatos de Estados Unidos. No es asunto de los mexicanos la elección en Estados Unidos. Sí es asunto del Presidente defender a los mexicanos”. Los aplausos de toda la oposición no se hicieron esperar.

La crítica del PAN a Peña Nieto: “Antes de que les diéramos las reformas decían que eso les faltaba y ahora que las tienen ¿dónde están los resultados?”.

Los panistas repitieron lo dicho por el coordinador de los diputados: “Tenemos un Poder Ejecutivo incompetente”.

Llegó el reclamo por la “toma de carreteras, negocios parados, mientras a otros se les tiende la mano. Este gobierno atiende mejor a una minoría radical que a la mayoría de los maestros”.

México, dijo el senador panista, es noticia en el mundo por su desgracia, por su horror, y la respuesta del Poder Ejecutivo
es el desdén.

La tragedia de este cuarto año de gobierno de Peña Nieto, añadió, es el aumento a la luz, el aumento a la gasolina. “Esa es una prueba de que el Ejecutivo no puede”.

Ante el indefendible cuatrienio de Peña Nieto, se estrenó como oradora principal Sylvana Beltrones, hija del exdirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, quien renunció luego de perder la mayoría de las gubernaturas en castigo al cuestionado gobierno del mexiquense.

Respetuosa, política como su padre, alabó a la oposición, pero disintió de las críticas a Peña, que calificó de “inaceptables”. Su posición arrancó los primeros aplausos. Los segundos fueron cuando defendió la política exterior del Ejecutivo.

Dijo: “Compartimos la preocupación, el esfuerzo y procura del bienestar que tiene el presidente por todos los mexicanos, dentro y fuera del país”.

De acuerdo con Sylvana Beltrones, “no hacer nada es la peor política”.

La pobreza, subrayó, termina con el crecimiento económico y no con dádivas, pero también hay que defender el respeto a los derechos humanos, acabar con la misoginia política y acabar con la criminal trata de personas.

La priista destacó que aún quedan “ideas por ordenar”. Y concluyó diciendo que el nuevo presupuesto no traerá aumentos ni nuevos impuestos, y que el siguiente periodo ordinario de sesiones será amplio, arduo, desde la discusión del uso de medicinas, de la mariguana, la rendición de cuentas, hasta cómo frenar la homofobia.

Y otra vez arrancó aplausos, sobre todo de los priistas y los verdes, al reconocer “la audacia, valor y visión con que Peña Nieto ha sabido plantear los retos y reformas”. (Fuente: Proceso)

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