Félix González Canto y Miguel Ramón Martín Azueta tienen, entre otras cosas en común, que fueron pupilos de  Mario Villanueva, cuando el entonces gobernador sostenía dichos como que “tranquilidad viene de tranca”.

Mario Villanueva hizo alcaldes al mismo tiempo (1999-2002) a González Canto y a Martín Azueta, en Cozumel y Solidaridad, respectivamente.

González Canto ‘se ganó’ a Mario Villanueva, cuando, el  entonces delegado del ya desaparecido Inviqroo, operó la invasión a los terrenos de Francisco Rangel Castalezo en Playa del Carmen, en lo que hoy es ‘la Colosio’.
Ambos mantuvieron un acérrima rivalidad. Hasta llegaron a competir por quién tenía el yate más grande en Cozumel.

Tras ser alcaldes, los dos cozumeleños buscaron la gubernatura. González Canto llegó a la silla del palacio de Gobierno en 2005, y prácticamente prolongó su mandato al imponer a Roberto Borge, mientras que la carrera política de Martín Azueta vino cada vez a menos.

Los enterados señalan  que muchas de las vendettas políticas de González Canto las llevó a cabo en el sexenio de Borge Angulo. Entre las víctimas del ex Gobernador figura Martín Azueta.

Félix González y Roberto Borge llegaron arriba, pero bien arriba, mientras que todo parecía indicar que los mejores tiempos se habían ido para Miguel Ramón Martín.

Rumbo al proceso electoral, Félix González se decantó por Mauricio Góngora, mientras que Miguel Ramón se la jugó con Carlos Joaquín, que terminó como candidato del PAN y PRD.

Y el mundo dio vueltas. Mauricio Góngora perdió y Carlos Joaquín ganó.

Miguel Ramón Martín se convirtió en uno de los principales operadores de Carlos Joaquín. En el proceso electoral tuvo el encargo de contener los arrebatos en los que usualmente incurren líderes de la oposición y, tras las elecciones, fue enviado para armar la ‘nueva mayoría’ en el Congreso del estado.

Finalmente, Carlos Joaquín le dio a Martín Azueta el cargo de Jefe de la Oficina del Ejecutivo, un puesto inédito pero que convierte al ex edil playense casi en el ‘número 2’ del gobierno estatal.

En tanto, Félix González se ha pertrechado ante los tiempos difíciles que se avizoran. Pero desde las tinieblas dirigen la ‘resistencia’ priista contra Carlos Joaquín, que entre otros tantos, tiene el ‘encargo ciudadano’ de castigar a los culpables del saqueo que padeció el estado en los últimos 11 años y 5 cinco meses.

Con Carlos Joaquín como gobierno, el felixismo-borgismo, como ‘nueva’ oposición, ha desatado un prematuro choque entre las dos fuerzas dominantes del estado, quizá detonado por las debilidades del equipo político de la nueva administración estatal, encabezado formalmente por Francisco López Mena.

En medio de este choque prematuro, el objetivo inmediato del felixismo-borgismo es Miguel Ramón Martín Azueta, el principal operador político de Carlos Joaquín.

La ofensiva  contra el ex Edil es  que como las que  solían padecer  los adversarios del felixismo-borgismo  en redes sociales y portales de ‘noticias’ y hasta medios formales, como los que operaba la Unidad del Vocero en el sexenio anterior.

La confrontación entre el viejo PRI y la nueva oposición empieza y los principales protagonistas son Félix González Canto y Miguel Ramón Martín Azueta.

Y lo que está en juego, no es cosa menor.

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