Hay quien asegura que la relación entre Félix González Canto y Roberto Borge acabó en malos términos, y que cinco años de complicidades se esfumaron por el terrible desempeño del PRI en el pasado proceso electoral.
Incluso, se menciona que a Félix González Canto no le preocupa tanto la situación de Roberto Borge y lo que le pueda pasar, cuando el nuevo gobierno haya concluido con la revisión de las cuentas, las ventas y las rentas de la administración anterior.
Y que la principal preocupación de Félix González está en Solidaridad y Cozumel, donde los ex alcaldes Mauricio Góngora y Fredy Marrufo, ‘felixistas’ de todas las confianzas, están en la mira.
La alcaldesa de Cozumel, Perla Tun, ha estimado una deuda de mil millones de pesos, que le dejó Fredy Marrufo, con bancos y proveedores, mientras que en Solidaridad, la presidenta municipal, Cristina Torres, aún no puede establecer ni siquiera un recuento de daños, ante el desastre que dejaron Mauricio Góngora y el ex edil interino, Rafael Castro.
La continuidad y sobrevivencia del ‘felixismo’ está severamente comprometida ante los tremendos desfalcos en Cozumel y Solidaridad, ‘plazas’ que le pertenecían a González Canto, a quien aún le quedan dos años como Senador.