Donald Trump mantuvo la idea de que las elecciones pueden estaramañadas y se negó a comprometerse de antemano a aceptar el resultado en el debate final de candidatos celebrado anoche en Las Vegas, Nevada. Esa es una actitud que no tiene precedentes en ningún candidato anterior y con ella escandalizó a todo el mundo y protagonizó negativamente los titulares y los análisis. Fue un error táctico que tiró por la borda todos los esfuerzos que había acumulado durante el debate para aglutinar el voto conservador en torno a su candidatura.
El moderador del debate, Chris Wallace, se refirió a la teoría del candidato republicano de que las elecciones estaban amañadas y le preguntó directamente a Trump si acataría el resultado de las elecciones. “Lo veremos en su momento –respondió- lo que he visto es tan malo, los medios de comunicación son tan deshonestos y tan corruptos… envenenan las mentes de los votantes… “. Wallace recordó la tradición de que el perdedor felicita al ganador y convoca al país a ponerse detrás del presidente electo para llevar el país adelante. “¿Va a mantener la tradición?”, preguntó el moderador: “Responderé en su momento, vamos a mantenerlo en suspenso”, fue la respuesta del candidato. “Esto es horrible”, exclamó Hillary Clinton que tuvo fácil la réplica: “Lloriqueando antes de que el proceso haya terminado demuestra que no estás preparado para el cargo”.
Trump quiso extenderse en su teoría de que las elecciones están amañadas por varios motivos asegurando que hay miles de personas que han muerto y que figuran en el censo electoral, pero su argumento principal fue que las elecciones están amañadas precisamente porque Hillary Cinton no debería haber podido nominarse porque cometió delitos por los que debería estar inhabilitada. Se refería por supuesto al uso de su servidor privado de correo electrónico cuando era secretaria de Estado, un asunto en el que el FBI y el Departamento de Justicia investigaron y no encontraron motivos para presentar cargos criminales contra Cinton. Obviamente, Trump considera que eso se debe al trato de favor recibido por la candidata demócrata por parte de la Administración Obama.
En el resto del debate, probablemente las intervenciones de Trump fueron más rentables para atraer a su clientela potencial conservadora que las deHillary Cinton más enfocada a buscar el apoyo del electorado centrista y de los republicanos moderados sin molestar a los demócratas de izquierda, con lo que corría el riesgo de no satisfacer a nadie. Es significativo que el sondeo de urgencia de la CNN otorgó la victoria a Clinton por el 53% frente al 39% de Trump, pero cuando se preguntaba a los encuestados quién había sido más auténtico, Trump superaba a Clinton por un punto.
El candidato republicano garantizó que nombrará jueces para el Tribunal Supremo que mantendrán intocable el derecho a la posesión de armas y que revocarán el derecho al aborto como un derecho constitucional y será cada estado quien legisle sobre la cuestión, exactamente todo los contrario que Hillary Clinton. Es de hecho, la cuestión más importante de las elecciones, porque ahora mismo el Tribunal Supremo tiene una vacante y la correlación es de cuatro conservadores contra cuatro progresistas.
En el resto de asuntos, cada candidato defendió sus posiciones conocidas, sin aportar novedades. Trump insistió en el muro con México y la deportación de inmigrantes: “Quiero construir el muro. Necesitamos la pared. Tenemos aquí una gente muy mala y vamos a sacarlos. Aseguraremos la frontera y en una fecha posterior, vamos a tomar una determinación con el resto”.
Clinton, en cambio, replicó con un discurso moderado y compasivo. “
Vamos a tener fronteras seguras, pero tenemos 11 millones de personas en situación irregular y tenemos 4 millones de niños que son ciudadanos estadounidenses, 15 millones de personas y yo no quiero rasgar las familias”. (Fuente: La Vanguardia)