El gobierno de Colombia y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firmaron este sábado un nuevo acuerdo de paz.
El documento sustituye a un pacto previo firmado por las partes el 26 de septiembre, pero que fue rechazado por los electores colombianos en unplebiscito realizado el 2 de octubre.
“Atendiendo el clamor de los colombianos por concretar su anhelo de paz y reconciliación hemos alcanzado un nuevo acuerdo final”, indicaron las partes en un comunicado leído en La Habana, donde se han desarrollado los diálogos de paz desde hace cuatro años.
El nuevo texto incorpora cambios propuestos por los sectores del país que se opusieron al pacto inicial y que hicieron campaña por el “No” en el referendo.
Aunque se escucharon sus reclamos, las negociaciones se dieron entre el gobierno y las FARC, como fue a lo largo de todo el proceso.
En un discurso televisado en la noche del sábado, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dijo: “Hemos trabajado juiciosamente y espero que ese trabajo satisfaga a los del ‘No’ y a la nación”.
Santos pidió que se diera una nueva oportunidad a la paz con este transformado acuerdo, al cual reconoció “con humildad” como mejor que el anterior.
El mandatario agradeció la participación de todos los sectores del espectro político, religioso y social, y detalló que en total recibieron más de 500 propuestas para modificar el acuerdo firmado en septiembre.
Según explicó en su discurso, dio instrucciones a su equipo negociador para que regrese de inmediato a Bogotá a explicar en detalle el nuevo acuerdo a los voceros del “No”, con el texto en la mano.
El documento “integra cambios, precisiones y aportes de los más diversos sectores de la sociedad y que revisamos uno a uno”, señalaron el gobierno y las FARC en el comunicado.
El nuevo acuerdo fue firmado por los jefes negociadores de las partes: Humberto de la Calle, por el gobierno del presidente Juan Manuel Santos; e Iván Márquez, por la guerrilla.
¿Qué cambia?
Todavía no se ha difundido el texto del nuevo acuerdo. Santos dijo que el domingo se darán a conocer las modificaciones al anterior documento y podrá saberse exactamente qué cambió.
No obstante, algo adelantaron los jefes negociadores de los equipos del gobierno, Humberto De la Calle, y de las FARC, Iván Márquez.
Éste último dijo: “Hemos cedido incluso extendiendo las fronteras que nos habíamos trazado”.
Agregó que se incorporaron no menos del 65% de las propuestas del “No” en lo referente a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP, el sistema de justicia transicional prevista en los acuerdos) y casi el 90% de las iniciativas vinculadas a la cuestión de cómo el acuerdo trataba el tema de equidad de género, que había generado resistencia especialmente entre grupos religiosos.
También detalló que se realizaron algo más de 100 variaciones a los puntos de reforma rural integral, participación política, solución al problema de drogas ilícitas, víctimas, fin del conflicto e implementación y verificación.
De la Calle explicó que en materia de JEP -entre otros puntos- se detalló cómo funcionará la llamada “restricción efectiva de la libertad” (que reemplaza las penas de prisión cuando el señalado de un crimen cuenta toda la verdad de inmediato), se elimina la posibilidad de que haya jueces extranjeros, y que las decisiones de la JEP podrán ser revisadas por la Corte Constitucional.
También informó que no se incorporará el acuerdo a la Constitución de Colombia.
Y que en el punto de reforma rural aclaran: “Nada de lo establecido en el acuerdo debe afectar el derecho constitucional a la propiedad privada”.
Más tarde, el presidente Santos explicó un punto que formaba parte del reclamo de los opositores, pero que no fue modificado para el nuevo acuerdo: el de la elegibilidad política de los jefes guerrilleros de las FARC.
El premio Nobel de la Paz dijo: “La razón de ser de todos los procesos de paz en el mundo es precisamente que los guerrilleros dejen las armas y puedan hacer política dentro de la legalidad”.
Según supo BBC Mundo, el texto se mantiene sin modificaciones, garantizando un mínimo de cinco escaños en el Senado y cinco en la cámara de Representantes para las FARC (es decir: si ganan tres en las urnas, se les sumarán dos; pero si ganan cinco, esos son los que tendrán; y si ganan diez, por ejemplo, tendrán diez) en dos períodos consecutivos a partir de 2018.
El “No”
Por ahora no está claro si los voceros del “No” aceptarán los cambios ni cómo será el mecanismo de implementación de este nuevo acuerdo.
Antes del anuncio desde La Habana, el presidente Santos estuvo reunido con el senador y expresidente Álvaro Uribe, principal líder de la oposición al anterior acuerdo.
Al salir de ese encuentro, Uribe dijo que le pidió al presidente que los textos anunciados desde la capital cubana no tengan alcance definitivo: “Que sean puestos en conocimiento de los voceros del ‘No’ y de las víctimas, quienes los estudiarán en breve tiempo y expondrán cualquier observación o solicitud de modificación en nueva reunión con el equipo negociador del gobierno”.
Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC), le dijo a BBC Mundo que cree que la gran dificultad para que el “No” acepte el nuevo texto la presentará el hecho de que se permite la elegibilidad de los jefes guerrilleros.
Sin embargo, Uribe en el pasado había contemplado esta posibilidad.
¿Voto popular?
Otra líder opositora, la exsenadora Marta Lucía Ramírez, dijo a través de su cuenta de Twitter: “Esperamos avances logrados no se presenten a opinión pública ni comunidad internacional como texto definitivo y permitan reacción constructiva”.
También consideró que el nuevo acuerdo debe ser refrendado por el pueblo colombiano.
Ni desde La Habana ni en la alocución del presidente Santos quedó claro cuál será el mecanismo de refrendación de este nuevo acuerdo: ¿otro plebiscito?, ¿a través del Congreso?
“En el nuevo acuerdo quedan previstas todas las vías de refrendación, que incluyen un nuevo plebiscito, los cabildos abiertos (a nivel municipal y departamental) y también el Congreso de la República”, le dijo a BBC Mundo el senador Iván Cepeda, muy cercano al proceso de paz y quien se encontraba en La Habana para el anuncio.
Le preguntamos cuál creía que era la mejor opción. “A mí me parece que lo más adecuado, expedito y seguro es la refrendación a través del Congreso de la República”, respondió.
“Gran decisión nacional”
Por ahora, el gobierno volverá a reunirse con Ramírez, Uribe y otros representantes del “No” para intentar lograr un consenso.
“No podemos pedir que cese la discusión”, dijo Humberto De la Calle tras el anuncio en La Habana. “Pero sí podemos desear que la gran decisión nacional sea poner en marcha la ejecución de los acuerdos, superar el conflicto armado, abrir caminos a la reconciliación y profundizar los esfuerzos para lograr una sociedad equitativa”.
Las negociaciones públicas de paz entre el gobierno y las FARC comenzaron hace casi cuatro años, con el objetivo de poner fin a un conflicto interno de más de medio siglo que ha dejado más de 220.000 muertos y casi 7 millones de desplazados.
No está claro aún si el paso de este sábado en La Habana será el definitivo principio del fin de esa guerra. (Fuente: BBC)