Como señalan algunos dirigentes partidistas, el remate dede 9 mil 500 hectáreas de terrenos que realizó Roberto Borge es sólo la punta del Iceberg.
Pero no solo es una pequeña muestra en el asunto específico del tráfico de terrenos públicos, sino de todo el desastre financiero que dejó el ex Gobernador.
El tiradero está en todas las dependencias.
Pero el daño no se reduce una cifra, que podrían ser de miles de millones de pesos, sino en la afectación que padecieron tantas y tantos quintanarroenses que no tuvieron acceso a una clínica, a la justicia rápida y expedita o un espacio en una escuela de nivel medio superior, pues esos recursos se usaron para viajes de placer, departamentos o para hacer cómplices a periodistas y líderes de ‘oposición’.
El agravio es mayúsculo y por salud pública, no puede quedarse en solo el remate de 9 mil 500 hectáreas de terrenos.