Por Leslie Gordillo

CANCÚN, MX.- Entre la falta de una autoridad disciplinada, el acomodo que no termina de realizar la administración entrante y la posible participación de algún grupo que tal vez busca desestabilizar al nuevo gobierno, la inseguridad sigue siendo un problema de todos los días, lamentó el obispo de la Prelatura Cancún-Chetumal, Pedro Pablo Elizondo Cárdenas.

“Este cambio de autoridad ha estado muy convulsionado, el asunto primero para que llegara quien llegó y que se fuera la autoridad que se fue en el estado y todavía siguen esos acuerdos, esos acomodos, esa estabilización que no se sabe cuándo llegará, pero esos acomodos tiene que terminar este año”, exigió.

“Lo que aquí llamamos gendarmería no sé que tanto sea, pero debería ser más disciplinada, más seria”.

Obispo Pedro Pablo Elizondo

La realidad, dijo, es que si las autoridades no actúan ya, el tan destacado paraíso del Caribe mexicano se va acabar y aunque dijo desconocer si hay acuerdos entre funcionarios y grupos delictivos para mejorar las cosas, lo cierto es que se debe actuar ya porque la obligación de la autoridad es generar paz y seguridad para toda la ciudadanía. 

Incluso lamentó que la gendarmería no haya alcanzado aún la eficacia que tiene en países europeos como Francia y España o en destinos latinoamericanos como Chile, porque “lo que aquí llamamos gendarmería no sé que tanto sea, pero debería ser más disciplinada, más seria”.

Asimismo, aprovechó para exhortar no sólo al gobierno a generar mejores condiciones de vida, sino a las empresas, especialmente las del ramo turístico, a dejar de explotar a los trabajadores porque al no tener tiempo de calidad para sus familias, se rompe el núcleo de unión y buenos valores, que se traduce luego en romper el hilo del tejido social, fortaleciendo a las bandas de criminales que pueden captar fácilmente a niños y jóvenes que dejaron de tener un guía positivo.

“La Paz comienza en el corazón de cada uno, luego sigue bajarle a la violencia intrafamiliar que es el pecado y el problema número uno en Cancún por las condiciones laborales de destino turístico, sobre todo esa situación que absorbe la vida para servir a los turistas… Hay que tomar una decisión de estar con la familia para no destruirla.  La Navidad es un llamado a bajar la violencia, primero la del corazón, luego en la familia y luego en la sociedad”, finalizó. (Noticaribe)

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