El priismo chetumaleño ha quedado francamente rezagado en los últimos 11 años, al extremo que pronto que podría desaparecer de la gran escena política del estado.
En una entidad dominada por el PRI, tradicionalmente había una especie de alternancia entre chetumaleños y cozumeleños.
Pero, el último chetumaleño en ser gobernador fue Joaquin Hendricks, de 1999 a 2005.
Sus sucesores fueron dos cozumeleños, Félix González y Roberto Borge, y el plan era que el playense Mauricio Góngora fuera el siguiente, pero era demasiado.
En su desenfrenada carrera por el poder, la dupla cozumeleña dejó fuera los chetumaleños Eduardo Ovando Martínez, Eduardo Espinosa Abuxapqui, Cora Amalia Castilla Madrid y José Alberto Alonso Ovando.
El priismo chetumaleño fue reducido por Félix González a su mínima expresión y no se ve que el PRI pueda seguir siendo el instrumento idóneo de esta clase política capitalina para retornar a las ‘grandes ligas’.
Por eso, la opción de Morena abre amplias perspectivas para el devaluado priismo de la capital.