Por Hugo Martoccia
La mitad del dinero que la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del estado (CAPA) recibe de Aguakán por la concesión de la operación de tres municipios, se destina a pagar el crédito de 560 millones de pesos que desapareció de la paraestatal en el sexenio pasado, lo cual la mantiene como el mayor peligro de “contingencia financiera” para el estado.
La paraestatal recibe trimestralmente 49.5 millones de pesos de Aguakán, y la mitad de ello es para pagar esa deuda, lo que afecta gravemente su operación normal, de acuerdo a la información brindada por el director de CAPA, Gerardo Mora, a través del responsable financiero, Carlo Sorna.
Estos números significan que CAPA esta endeudada; las obras de esa deuda no existen; concesionó municipios rentables a cambio de nada, y el dinero que recibe en contraprestación lo debe utilizar para pagar una deuda que nunca ingresó a sus arcas. Un verdadero infierno de surrealismo financiero
La magnitud del problema es aún incalculable. El último estado financiero conocido de la empresa paraestatal, de 2015, muestra un déficit de 245 millones de pesos. Y eso fue antes de que empezara a pagar el crédito mencionado, que se consume casi 100 millones de pesos más, de acuerdo a datos oficiales.
Según ese informe, CAPA recaudó ese año 411 millones de pesos, y gasto 656 millones. El problema es que la operación de CAPA, sin contar obras, requirió de 438 millones. O sea que ya en 2015, su recaudación no cubría sus gastos.
Si bien el nuevo director de la paraestatal dijo que los números finales de 2016 no están terminados, ha denunciado de manera reiterada que son aún peores de lo esperado. Tan solo con lo que se sabe hasta hoy, el déficit de 2016 no sería menor a 350 millones de pesos.
En esto tiene mucho que ver la concesión de Solidaridad, que se otorgó a finales de 2014. En ese mismo año, el municipio había dejado utilidades a CAPA por 204 millones de pesos. Inexplicablemente, el gobierno anterior entregó la concesión del servicio por menos dinero del que ganaba
La historia breve de CAPA es una de las más surrealistas del borgismo. La paraestatal extendió la concesión de los municipios de Benito Juárez e Isla Mujeres hasta 2053, y concesionó Solidaridad, que era una fuente genuina de recursos. Lo hizo a cambio de 1055 millones de pesos, que no ingresaron a sus arcas.
Pero además, pidió un crédito de 560 millones de pesos, de los cuales 54 millones sirvieron para gasto corriente y los 506 millones restantes desaparecieron. Sin embargo, ese crédito debe pagarlo.
Esa situación es la que hace que la consultora internacional Fitch Ratings mantenga hasta hoy su pronóstico de que CAPA es el principal riesgo de “contingencia financiera” para el estado. El último informe de la consultora, presentado días antes de que asumiera Carlos Joaquín, anunciaba:
“Fitch también contempla la contingencia financiera que el desempeño financiero del organismo de agua estatal puede provocar a las finanzas estatales, al ser este dependiente del Estado para afrontar su gasto operativo y sus requerimientos considerables de inversión. Además, Quintana Roo avala su deuda bancaria”.
En ese mismo informe, la consultora aclara que “Quintana Roo debe apoyar a CAPA en su operación y en inversión. Además, es aval de un crédito de MXN560 millones, con una afectación de 2% de sus participaciones”.
Nada de esa situación ha cambiado, más allá de los ahorros que en otra área ha anunciado el gobierno estatal. (Noticaribe)