CHETUMAL, MX.- Reciben sentencia condenatoria los tres detenidos por el crimen cometido contra el estadounidense Rafael Mendoza, a quien golpearon, torturaron y posteriormente asesinaron de un tajo en el cuello, la noche del 4 de junio de 2015 en el domo de Carlos A. Madrazo.
De acuerdo con el juez penal encargado de caso número 27/2016, la defensa no aportó pruebas para demostrar la inocencia de sus defendidos, quienes no contaban con coartada, ni pruebas a favor, ya sea periciales o testimoniales.
Para evitar injusticias, el juez recomendó al defensor que consiga testigos que corroboren la versión de sus clientes, pero el abogado no pudo ofrecer algún argumento convincente.
A través de los fiscales adscritos al caso, se aportaron testimonios de testigos que señalaron que los ahora sentenciados se encontraban en el lugar, fecha y hora del crimen, además de que estaban en el círculo de personas que rodeaban a la víctima.
El juez penal dijo que considera una pena mayor para el sujeto acusado de cortarle el cuello a la víctima y un castigo ligeramente menor para aquél que lo lesionó gravemente en las costillas.
Como se recordará, el ahora occiso fue detenido la mañana del 4 de junio, supuestamente, cuando perpetraba un robo en una vivienda de la localidad de Ucum; de ahí lo mantuvieron cautivo hasta la noche, pues los pobladores de Carlos A. Madrazo determinaron que se trataba de uno de los ladrones que había perpetrado varios hurtos a casas y en uno de esos casos violó a una mujer.
Aunque la tarde del 4 de junio de 2015 sostuvieron una reunión con autoridades policíacas del municipio de Othón P. Blanco, por la noche, Rafael Mendoza, atado de pies, manos y con una soga al cuello fue llevado del sitio donde la mantuvieron cautivo hasta el domo de Carlos A. Madrazo.
Ahí estuvieron reunidos más de un centenar de habitantes de Carlos A. Madrazo y Ucum quienes amenazaban con linchar al presunto ladrón, cansados de la inseguridad en la que vivían.
Mandos de la Policía Estatal, Municipal, Ministerial, incluso, policías federales, acudieron al sitio al enterarse de los planes de linchamiento que tenían contra el norteamericano, por lo que acudieron al sitio para dialogar con los pobladores y evitar que lo asesinaran.
Sin embargo, los habitantes de la zona estaban decididos a no dar marcha atrás y cerca de la medianoche del 4 de junio, las luces del domo fueron apagadas; al menos un par de lámparas de mano iluminaron el lugar y tres sujetos decidieron matar a quien consideraron como el ladrón y violador del pueblo. (Fuente: Diario de Quintana Roo)