MELBOURNE, AUSTRALIA.- Roger Federer ganó su décimo octavo título de Grand Slam y ganó algo de ventaja adicional en la lista de todos los tiempos entre él y Rafael Nadal, a quien venció el domingo 6-4, 3-6, 6-1, 3-6, 6-3 en una final clásica del Abierto de Australia.
Fue el quinto título australiano para Federer, de 35 años, su primero en un major desde Wimbledon en 2012 y con el que invirtió el statu quo frente a su rival máximo, Nadal.
Federer había perdido seis de las ocho finales anteriores de Grand Slam en las que jugó contra Nadal y solo había vencido previamente al zurdo español en 11 de sus 34 partidos.
Los dos se tomaron tiempo para descansar la temporada pasada y tuvieron partidos difíciles en Melbourne porque partían con una mala clasificación.
Ambos jugadores estaban regresando de recesos extendidos por lesiones —Federer en la rodilla izquierda y Nadal en la muñeca izquierda— y se colocaron en los puestos 17 y 9 respectivamente.
Nadal sigue empatado en segundo lugar con Pete Sampras en la lista de todos los tiempos, con el último de sus 14 majors en Roland Garros en 2014.
Después de cuatro sets, en los que parecía alternarse la ventaja entre un jugador y otro, el quinto tuvo toda la tensión y el drama que han hecho famosos a los dos jugadores.
Nadal repuntó de un traspiés temprano y parecía como si el tiempo fuera por lesión que Federer necesitó después del cuarto set era un mal augurio para él.
Sin embargo, el astro suiza se recuperó en el crucial sexto partido y tomó el control a tal punto que en cierto momento ganó 10 puntos consecutivos.
Nadal salvó tres puntos de quiebre en el octavo partido, pero perdió impulso de nuevo cuando Federer terminó una racha de 26 tiros —la más larga del partido— con un disparo de derecha en la línea.
Federer y Nadal ganaron un partido tras otro para llegar a la final del Abierto de Australia, tras avances improbables desde extremos opuestos del cuadro. Los viejos rivales pasaron casi seis años de su último encuentro en una final del Grand Slam.
Lo que estuvo en juego fue más allá que Federer-Nadal XXXV o incluso que el título del Abierto de Australia.
Hubo una cuestión histórica: al ganar Federer consiguió su 18vo trofeo de un Grand Slam, ampliando su récord y dejando atrás a sus rivales.
Si Nadal hubiera ganado su 15to, habría superado a Sampras y se habría hecho con el segundo puesto en solitario de la lista histórica, un paso más cerca de los 17 de Federer.
Nadal dijo que ninguno de los dos podría haberse imaginado que llegaría a la final del primer Gran Slam del año tras regresar de sendas lesiones en 2016. (Agencias)