Que dentro del priismo, hay como dos perspectivas del éxodo de tricolores a Morena.
Una es que ya no estaría siendo tan atractivo irse a Morena con todo y que los números y las tendencias favorecen al partido de Andrés Manuel López Obrador en Quintana Roo para 2018, que le daría a los ‘guindas’ buenas alcaldías.
Y es que no necesariamente Morena está recibiendo, ya no se diga a lo mejor del priismo, sino a lo menos malo de ese partido.
Por lo menos ya van dos que renuncian al PRI con la mira hacia Morena. Primero fue Arturo Castro, ex funcionario de CAPA y la SEyQ, en el ‘felixismo-borgismo’, y Eduardo Ovando Martínez, que fue secretario de Gobierno de Félix González Canto.
La llegada de este tipo de personajes es algo así como cambiar para quedar igual, pues no solo no hicieron mucho para frenar los abusos del ‘felixismo-borgismo’, sino que además fueron sus aliados.
Lejos de fortalecer a Morena, estos refuerzos locales, hundirán a López Obrador.
La otra es que por tratarse de una elección nacional, poco o nada incidirían los actores del patio.
La inercia de López Obrador avasallaría en Quintana Roo sin importar las condiciones locales.
Lo cierto es que Morena, de manera involuntaria, ya está en precampaña en Quintana Roo.