Donde está más que claro que al gobierno del cambio se le trabaron las velocidades es en la Secretaría de Infraestructura y Transportes (Sintra).
La estela de corrupción del felixismo-borgismo continúa casi con la misma inercia en la asignatura de transportes.
El acoso contra vehículos que transportan mercancía está a la orden del día, como en los mejores tiempos de ‘Beto’ Borge.
Pero eso no es todo, el gran castillo de corrupción que significa la aberración denominada Transporte Terrestre Estatal, sigue intacta y su continuidad no está en riesgo.
Más que un gobierno del cambio, sería como un ‘gobierno de la igualdad’, pero para que toda siga igual.