Otro de los que se quedó cruzado de brazos, mientras Roberto Borge saqueaba el estado y perseguía disidentes, fue Andrés Manuel López Obrador, con todo y su partido Morena.

El tabasqueño visitó en varias ocasiones Quintana Roo durante el quinquenio ‘borgista’ y poco le importaron las atrocidades del ex Gobernador.

Incluso, en un mitin en el parque de Las Palapas, militantes de Morena le reclamaron que no se había pronunciado por la detención de un grupo de mayas que protestaban por el incremento de la tarifas de agua en Felipe Carrillo Puerto.

En realidad, los militantes de Morena se quedaron solos ante Borge y optaron por tocar retirada, ante el nulo apoyo de su líder nacional.

Si acaso, sus señalamientos contra Borge se reducían a sus clichés como aquel de que ‘X’ es ladrón y ‘Y’ es ‘ratero’, que repitió en todos los estados en los que hubo elecciones en 2016.

Sería temerario afirmar que López Obrador pactó con gobernadores priistas, pero lo que sí es contundente es que durante el gobierno de Borge optó por mirar hacia el otro lado.

AMLO les dio puro frijol con gorgojo a los quintanarroenses en el borgismo.

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