Roberto Borge tuvo una mayoría espectacular, en la segunda mitad de su quinquenio.
No solo tuvo mayoría calificada, es decir dos terceras partes del pleno, sino hasta un poco más.
Pero Roberto Borge no utilizó esta mayoría “para bien” del estado, sino para afianzar sus atrocidades y llevar al estado para atrás en materia de derechos humanos y desarrollo.
Sin embargo, las cosas han cambiado, con la nueva mayoría del Congreso del estado.
PAN y PRD, que fueron juntos en la elección pasada, han reunido una mayoría con otros partidos y fuerzas políticas.
Y esta mayoría, esta nueva mayoría, ha dado pasos importantes para revertir las atrocidades del borgismo y sus aliados del PRI y PVEM.
El más reciente capítulo, es la llamada “iniciativa anticorrupción”, que incluye una Fiscalía especializada.
Sin duda, el problema número de uno de la entidad es la corrupción, por la cual Quintana Roo ahora enfrenta graves rezagos tras la “oncena trágica” del felixismo-borgismo.
Lo que sigue es que cada vez más ciudadanos se involucren en el combate la corrupción, pues de lo contrario sería como “dejar la iglesia en manos de Lutero”.
La nota es equívoca. El problema número uno del estado es la IMPUNIDAD. Digamos que el problema de origen, que fue desplazado por este, es la CORRUPCION, pero el primero es el que provoca que la corrupción sea tan grande y esté tan esparcida por todo el gobierno estatal: todos quieren su tajada, porque entienden que no pasa nada. Ese es el ejemplo tan jodido que nos dan día a día, la rata de Félix, el cerdo Borge, el violador drogadicto de Miguel Ratón, la momia Sarvelia, el avorazado de Portilla, el otro cocainómano de Carlos Lima, el desgraciado de Fidel Villanueva y todos estos cerdos que se encuentran ahora en el poder. Mientras no se combata a fondo la impunidad que campea en las altas esferas, cualquier esfuerzo por combatir la corrupción, será en vano. Ya dejen de hacerse pendejos, por favor, pongan orden porque se incendia el estado.
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