Para muchos, la ley de ‘protección’ a periodistas de Roberto Borge ya estaba muerta y enterrada.

Esta ley la inventó Borge para lavarse la cara, mientras perseguía a periodistas que no estaban dispuestos a estar a su servicio.

Sin embargo, un grupo de periodistas y la organización Artículo 19 impugnaron esta ley.

Pero la Secretaría de Gobierno (Segob-Qroo) ha revivido la ley, lo que significa adjudicarle al nuevo gobierno la consolidación de una de las atrocidades mayúsculas de Roberto Borge.

Obvio, que esta resurrección de la Ley Mordaza de Borge, ha dividido opiniones entre periodistas y ha metido al nuevo gobierno a un tema que debería de estar en la bodega de las vergüenzas del borgismo.

El operador de este despropósito es el subsecretario Joaquín González Castro, quien en el reciente proceso electoral jugó del lado del ‘borgismo’ y que inexplicablemente está en el ‘gobierno del cambio’.
No se requiere resucitar esta Ley de Borge.

 

Y como diría aquel: “pero qué necesidad”.

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