Ha quedado al descubierto que Joaquín González Castro es un mito genial.
Su larga experiencia política de poco o nada han servido a la nueva administración estatal, que le dio la encomienda de subsecretario de Enlace Interinstitucional de la Secretaría de Gobierno.
En realidad, se ha convertido en un problema pata el ‘gobierno del cambio’, pues González Castro ha resultado más papista que el Papa.
El flamante subsecretario ha dividido y enfrentado a los comunicadores del estado al resucitar la Ley de Protección a Periodistas de Roberto Borge.
Esta ley fue revisada para volver a dotar de escoltas a periodistas que contaban con este servicio en la administración estatal anterior, sin importar que implicaba resucitar una Ley que es repudiada por comunicadores que fueron perseguidos por Roberto Borge.
La resurrección de esta ley, por supuesto que es aclamada por periodistas que estuvieron al servicio de Roberto Borge y que como parte de sus labores, salieron a respaldar al ex Gobernador cuando decidió hacer esa Ley de caricatura.
Pero esta ley es un símbolo del borgismo y un agravio a la libertad de expresión.
Queda demostrado que Joaquín González Castro mantiene su filiación borgista y su trabajo, más que enlace institucional, es ser enlace con el borgismo.
Pero, Joaquín González Castro se pasó de borgista y, más que ser una solución, se volvió un problema para el ‘gobierno del cambio’.
