Por Gonzalo Zapata
CANCÚN, MX.- Guadalupe García llevaba un vida normal a lado de sus tres hijos, es madre soltera.
En noviembre de 2015 una consulta con su médico general la advirtió de miomas en la matriz, un estudio más detallado arrojó que debería ser extirpada ésta, la operación fue un éxito y Guadalupe salió del Hospital General “Dr. Jesús kumate Rodríguez”, sin complicación alguna aparente.
Sin embargo ocho meses después, y luego de algunas molestias, ella volvió con el médico por algunos ligeros dolores en la zona de la pelvis, tras otros estudios se le detectó un quiste en el ovario izquierdo. Una vez más en el Hospital General le recomendaron una nueva cirugía.
Su ingreso en aquella ocasión fue el 22 de julio de 2016, cinco días después se le practicó la intervención, el reporte médico indicó que se trataba de una mujer de 38 años de edad con diagnóstico de quiste de ovario izquierdo.
“Procedimiento sin complicaciones”, se anotó en el reporte entregado a la paciente. Fue dada de alta el 28 de julio.
Guadalupe tras su recuperación continuó con su ritmo de trabajo en hoteles de la Riviera Maya y Cancún, junto a su hermana Rosa hacen trenzas a los turistas que así lo solicitan. Pero las molestias de las anteriores intervenciones médicas continuaron generando molestias.
Guadalupe sentía malestares de nueva cuenta en la zona operada, otra vez los estudios médicos vinieron y los gastos del cuidado de su salud fueron reduciendo su actividad laboral.
En esa tercera ocasión los doctores detectaron que el quiste que había sido “extirpado sin complicaciones” no había sido retirado por completo, por lo que una nueva cirugía venía en camino. Nueve meses habían pasado desde su última cirugía.
En abril de este año, los dolores fueron más frecuentes y más intensos, una vez más los médicos del Hospital General determinaron abrir la zona y, esta vez sí, retirar por completo el quiste, bajo la advertencia que la paciente hizo para no hacer público el caso de negligencia médica, por no haber retirado por completo el tumor.
Guadalupe no tuvo otra opción que la de aceptar la nueva intervención quirúrgica. Fueron dos meses, entre citas y análisis, que pasaron para determinar la zona en la que se “había quedado el pedazo de quiste”.
El jueves 8 de mayo ingresó al General para la nueva cirugía y la operó el viernes el ginecólogo Francisco Ramírez. Salió de la operación, una vez más aparentemente bien, para el domingo 11 los doctores le dieron su alta médica, pero su mamá la notó mal, al verla con vómitos y fiebre se rehusó a abandonar el nosocomio, por lo que permanece en él.
Tras seguir así y notar cosas raras en la paciente, los mismos médicos toman la decisión de someterla a una nueva cirugía, en menos de cuatro días. Detectaron excremento en la zona de la herida, lo que alertó de una perforación del intestino.
La mamá de Guadalupe al no verla en su cama el lunes, comenzó a averiguar dónde estaba su hija, ninguna autoridad le daba razón. Tras el paso de las horas regresaron a la paciente a su cama en la zona de recuperación.
Actualmente, Guadalupe tiene una abertura desde la pelvis hasta la boca del estómago, la herida poco a poco va sanando, al igual que el ánimo de sus familiares por verla de nuevo en las mejores condiciones de salud.
Ninguna de las autoridades médicas del hospital general han dado razón alguna de las intervenciones médicas, e incluso aseguran que no se trató de un caso de negligencia médica.
Antecedentes
Francisco Ramírez es ginecólogo oncólogo, hasta el año pasado estaba en Playa del Carmen, lo sacaron de ahí del Hospital General porque operó a una paciente y falleció, y anteriormente ya tenía muchos reportes por malas cirugías, de hecho en el hospital Jesús Kumate operó a dos trabajadoras una a la cual según le quitó la matriz y por “equivocación” le cerró la uretra y esto ocasionó que esta persona se ponga grave y tuvieron que intervenirla nuevamente. (Noticaribe)