Tulum es reconocida por quienes buscan descanso e historias mayas, entre el océano y la selva tropical de la península de Yucatán, en México. Desde hace 50 años es un enclave de ecoturismo, que ha evolucionado especialmente en los últimos 15 años con hoteles boutique y personalidades que lo eligen como destino exótico.
El marchand de arte contemporáneo de origen colombiano pero radicado en New York, Lio Malca, especializado en obras de Basquiat y Haring, también se enamoró del lugar cuando se enfermó en un recorrido por varios pueblos turísticos en el año 2012, justo antes de llegar a Tulum. A la mañana siguiente al levantarse y pisar la arena del lugar, ya no quiso abandonarlo y comenzó a buscar propiedades.
Encontró Casa Malca (de la cual los locales perjuran, fue propiedad de Pablo Escobar) en un estado abandonado, que pudo comprar luego de negaciones del Estado mexicano, hasta finalmente contactar al dueño original (previo a Escobar) a quien había retornado la propiedad luego de la muerte del magnate del narcotráfico.
El Hotel Casa Malca tiene 180 mts de playa exclusiva, 35 habitaciones todas a muy pocos pasos del mar y un aire lujoso pero rústico al mismo tiempo. Posee obras de arte diseminadas en todos sus espacios, entre ellos: Marco Brambilla, George Condo, Keith Haring, Kaws, Vik Muniz, Marion Peck, Holton Rower, Kenny Scharf y Wayne White.
Las habitaciones son amplias con terminaciones de materiales del lugar, los restaurantes ofrecen cocina mexicana, hamacas colgantes, cortinas hechas con vestidos de novia, y un ambiente que mantiene el espíritu de Tulum.
Malca realizó un trabajo de recuperación minucioso y una curaduría muy cuidadosa especialmente en cuanto a la conservación de las obras en climas húmedos calurosos. Su idea es dotar al lugar de una personalidad y carácter únicos (uno no espera encontrar ese acervo artístico contemporáneo en esas tierras)
Su filosofía es que para atraer gente y diferenciarse hay que tener una oferta innovadora, en medio de un pueblo que crece año a año en ofertas boutique. (Fuente: Gabriela Pallares | El Observador)